Revista Casapalabras N° 36 Casapalabras N° 36 | Page 32

Yuliana Marcillo A 30 ntes de su muerte, Miguel Hernández Gilabert gara- bateó quizá su último verso en la pared de la cárcel de Alican- te:  «Adiós, hermanos, camaradas, amigos: déjame despedirme del sol y los campos». Falleció joven y en- fermo. Fue el 28 de marzo de 1942, a la edad de 31 años, tras ser arres- tado por simpatizante comunista y antifascista. En marzo de 1940 fue con- denado a pena de muerte, pero gracias a sus amigos intelectuales que intercedieron por él, la pena fue conmutada a 30 años de pri- sión. En la cárcel, primero enfer- mó de bronquitis, luego de tifus, lo que después desencadenó en una tuberculosis. Dicen sus bió- grafos, que la falta de atención médica y las terribles condicio-