Revista Caracter 2 - 2014 Vol. 2 | Page 131

moneda: el peso latino!", En definitiva, para crear el euro, los países europeos han debido recorrer un largo camino trazado para esquivar sus visibles y ancestrales diferencias nacionales. Pero el camino que conduce a la unión monetaria de América La- tina podría ser mucho más corto, porque en nuestros países ni siquiera tendríamos que sacrificar nuestras simbólicas, coyunturales y casi invisibles diferencias nacionalistas. Un atajo Para crear el peso latino, se requiere transitar por al menos uno de los siguientes tres senderos alternativos: el prime- ro, que es el más tradicional, requeriría decretar una zona comercial en la cual la única moneda de pago sería el peso latino; el segundo sendero demandaría que, como en el caso del euro, los países participantes fijen ciertas metas económicas a las que todos tendrían que someterse; y, el tercer sendero, consistiría en encontrar un atajo que evite tener que recorrer los dos largos y casi intransitables sen- deros anteriores. América Latina ha venido intentando recorrer el pri- mer camino, el de la integración, desde mediados del Siglo XX. Pero todos los esfuerzos, ya lo vimos, se han diluido en innumerables citas cumbres, conferencias y seminarios de jerarquía internacional, cuyo resultado más brillante consiste en innumerables archivos que conservan atesora- das algunas piezas de brillante oratoria diplomáticamente inocua. Los esfuerzos también han sido muy fecundos al 10. Desde luego, la moneda individual de cada país también constituye un sím- bolo. - 139 -