cana y Uruguay; Colón en Costa Rica y El Salvador"; Bo-
liviano en Bolivia; Real en Brasil; Quetzal en Guatemala;
Lempira en Honduras; Córdoba en Nicaragua; Guaraní en
Paraguay; Nuevo Sol en Perú; Bolívar en Venezuela. En
Ecuador y Panamá se usa el Dólar.
Pero, ya lo vimos, bajo ninguno de esos nombres
-excepto en el caso del dólar que aún no es moneda la-
tinoamericana- el dinero no es aceptado como medio de
pago por los otros países, ni tampoco es valorado en el
mercado de capitales, ni siquiera es admitido en pago por
los acreedores de la deuda externa. Por lo tanto, aunque
todos los países latinoamericanos han creado su propio di-
nero, ninguno ha logrado crear una moneda.
No obstante la coyuntura actual brinda a Latinoa-
mérica la oportunidad histórica de crear el Peso Latino', al
ofrecemos las enseñanzas del euro y el rol aglutinante que
entre nosotros podría desempeñar el dólar.
Enseñanzas
De las enseñanzas del euro se pueden extraer varias
lecciones relevantes para Latinoamérica: el euro se crea
por la decisión de 12 naciones de compartir una moneda
única y así aceptar los designios de una autoridad mone-
taria continental; autoridad que deja de cubrir las necesi-
dades coyunturales y de corto plazo de cada país, para así
poder cumplir exclusivamente las metas del desarrollo a
largo plazo de toda Europa. Por otro lado, el euro también
nos enseña que las metas continentales pueden ser igual de
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7.
El Salvador -aunque con paridad fija de 8.75 al dólar- aún utiliza el Colón.
La denominación 'Peso Latino' sería la más aceptada en la mayoría de países.
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