Revista Caracter 2 - 2014 Vol. 2 | Page 126

que así podrían dejar de depender de los envíos de las li- bras esterlinas que llegaban tarde, malo nunca. La petición de Franklin fue diplomáticamente escuchada, antes de ser toscamente negada. Sin embargo, Franklin era un hombre práctico y, antes de retomar a Norteamérica, adquirió la mejor imprenta que su profesión de físico le aconsejaba. Pocos años después, esa imprenta demostró su eficacia al imprimir todos los billetes 'continental' requeridos para pagar los gastos de la revolución y liberación de los Esta- dos Unidos. El éxito de los continental como instrumento revo- lucionario y su fracaso como instrumento económico, es claramente descrito por el propio Franklin cuando, en 1779 y en plena guerra de independencia, escribía a su amigo Samuel Cooper lo siguiente: Nuestra moneda se ha convertido en una máquina maravillosa: ha cumplido todas sus tareas desde el momento mismo en que la emitimos; con ella paga- mos los sueldos y los uniformes de nuestras tropas; nos sirve para comprar municiones y vituallas; y cuando tenemos que imprimir una cantidad mayor, ella misma se paga auto depreciándose. (Galbraith 73) La frase' no vale un continental' , hasta el día de hoy tiene un tono despectivo en la cultura norteamericana. En efecto, los continental perdieron todo su valor una vez que la revolución iniciada el4 de julio de 1776 había triunfado. ASÍ, la naciente economía necesitaba de una moneda nueva y confiable. - 134-