nada -en lo que hoyes la provincia de Andalucía, al sur de
España- el exceso en la circulación de monedas de plata,
generó un aumento en el nivel de precios superior al 600
por ciento, en un mundo donde la inflación era entonces un
fenómeno desconocido (Hamilton: Capítulos 11y 111:11-
72). Pero a mediados del Siglo XVII, los daler comenzaron
a circular también en territorio mexicano. Adam Smith lo
relata así:"
México y Perú, aunque no pueden reputarse por
mercados nuevos para la plata, son a lo menos aho-
ra mucho más extensivos que antes... Un suelo fe-
cundo y un clima feliz, la abundancia y baratura de
terrenos, circunstancia común a todas las colonias,
son ventajas tan grandes que bastan para compen-
sar muchos de los defectos que no puede menos de
tener un gobierno que está tan distante ... América,
pues, es un nuevo mercado para el producto de sus
propias minas. (Smith 267-268)
Pero en las colonias inglesas asentadas al norte de
México -sin minas de plata - si algún daler ingresaba a
ellas, su contenido de metal era inmediatamente reciclado
para fines más prácticos. Por otro lado, desde sus prime-
ros asentamientos, los colonos ingleses habían aprendido a
usar como dinero cualquier objeto que se presentará más o
menos manejable, incluyendo hojas de tabaco, pieles, sal,
conchas y, en años previos a la revolución, el papel. Fue
precisamente la moneda de papel lo que ayudó a financiar
la revolución y liberación de Norteamérica.
En 1751, Benjamín Franklin viaja a Londres para
solicitar a los miembros del Parlamento Inglés que per-
mitiesen a sus colonias de América imprimir moneda, ya
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