Revista Caracter 1 - 2012 Vol. 1 | Page 96

o por tipos específicos de operaciones). Se incluyen condiciones del proceso laborar conforme a las clausulas del contrato o por acuerdos verbales entre el empleador y el empleado. El salario desde el punto de vista de la ciencia económica, tiene otro signi- ficado. Los pensadores clásicos, esclarecieron que realmente los salarios se fijan siguiendo otra lógica, mucho más profunda y que no visible al observador. Los economistas llegaron a despejar de que, especialmente en los casos del obrero fabril, detrás del trabajo que ellos ofertan a los empleadores, y por un pago que se les hace efectivo, luego que realizan las jornadas productivas, lo que realmente se ha vendido y entregado por el obrero no es tra- bajo, sino su fuerza física, que es otra cosa. Y esto es así porque ese obrero cuando comienza la faena, antes necesito alimentarse y todos los días requiere preservarse físicamente y mentalmente. Ello le es posible si previamente come, además debe vestir para conservar su cuerpo, tener donde vivir. También tendrá que re- producirse como especie humana y vienen los hijos (en todas las circunstancias la conservación de la mano de obra incluye, la re- producción de su familia a partir del consumo de bienes de ésta). Debido a que en las economías de mercados todos esos bienes de consumo, los mismos que le garantizan su existencia, suman muchos productos y ellos alcanzan un valor determinado, debemos concluir que aunque sea imposible mostrarlo visual- mente, 10 que realmente sucede, cuando la mano de obra ofrece su trabajo por un tipo de salario, lo que está haciendo realmente es calculando que este sea igual a la suma de los valores que representan sus medios de vida, los que consume y aseguran su corporeidad física. Y es esa precisamente la base del cálculo, no visible y el valor real de la mano de obra, el mismo que determi- na la cuantía del salario, no importa que al concluir la faena, se le retribuya según las horas de trabajo o por las piezas obtenidas. Tal explicación nos lleva a la conclusión, de que el valor de la fuerza de trabajo en cualquier sociedad, es equivalente a la suma de los valores contenidos (tiempo de trabajo invertido) en todos los productos que necesita el obrero para vivir. Y en casa país, atendiendo al grado de tecnologías con que se produzcan esos bienes (alimentos, vestimentas, viviendas, etc.) será mayor o menor el valor con que se producen tales bienes de consumo. 106