la acción reguladora del estado; incluso pueden profundizar el
intervencionismo estatal. Se ha evidenciado además que en nues-
tra región el rol del estado debía aumentar imperiosamente yeso
no ha ocurrido. Se acepta que es imprescindible elevar ese rol,
siempre que se imprima al estado, otros contenidos y un curso
diferente (tal podría haber sido el caso, en impulsar y no se ha
hecho, en los ámbitos del 1 + O).
2do.- Que contrariamente a un mal extendido y superficial en-
foque, está demostrado que cualquiera que sea el grado de
participación del Estado en la economía, éste por sí solo, no
siempre corrige y muchos menos eliminan eficazmente los fallos
del mercado.
Como conclusión de dolorosas pero útiles lecciones que deja
la práctica económica, y si además se reconocen ambas realida-
des, cada cual de los gobernantes hasta ahora aferrados, deben
modificar conductas. Cuidarse unos de no caer en las tendencias
extremadamente economicistas o desmedidamente estatistas, y
los otros con vocación al libre mercado, incorporar en sus es-
trategias de desarrollo, factores extra económicos. Desafortuna-
damente unos y otras líneas de acción frecue