así como su continua ventaja competitiva en manufacturas,
sugiere que la dinámica materias primas-por-manufacturas
continuará impulsando la relación comercial durante dé-
cadas. No obstante, se puede producir un escenario donde
América Latina y el Caribe pueden agregar sofisticación a
sus exportaciones hacia el continente asiático, sacando ven-
tajas en áreas como la biotecnología, la minería sostenible
y la energía limpia.
Llevar a la práctica el escenario de una futura y más
amplia relación entre las dos regiones, más diversificada, va
a depender de que los gobiernos promuevan algunas inicia-
tivas más proactivas con la finalidad de reducir limitaciones
todavía existentes en la actualidad. Para eso los acuerdos de
libre comercio son algunas de los instrumentos disponibles
para iniciativas de los gobiernos.
Es importante señalar que ya existen ocho acuerdos
de libre comercio que han sido implementados desde 2004,
cuatro más han sido firmados más recientemente y otros
ocho pactos estaban en negociación a fines del 2011.
Otra cuestión importante es que las inversiones inte-
rregionales también están aumentando, lo que puede ayudar
a los países a examinar nuevas oportunidades de negocios
y disminuir algunas tensiones en el campo comercial. Por
cierto, las inversiones no han mantenido compatibilidad
con el crecimiento comercial, en especial en el sector de
manufacturas. Las inversiones en este sector están focali-
zadas en algunos países, principalmente China, Corea y Ja-
pón en Asia y en América Latina las encontramos en Brasil,
Argentina y México. Además, existen limitadas inversiones
provenientes de América Latina hacia Asia.
Con la finalidad de fortalecer nuevas inversiones, los
gobiernos deberían recurrir a sus agencias de desarrollo y
de promoción de inversiones para reducir los costos de ac-
ceder a la información. Se debe progresivamente eliminar
restricciones y simplificar reglamentos existentes para am-
72