ca te guste o que sientas mucha necesidad).
y entonces, yo escribo desligando eso. -:\0
tiene nada que ver que un tío me guste, y
yo de los calzoncillos del modelo de Cal-
vin Klein me quede encantada. Pero no se
puede ir más allá que admirarlos, que no se
puede llegar a una relación duradera. Eso,
los hombres lo tienen bien claro. pero a las
mujeres no nos lo han hecho ver así. (1 )
La hablante del poema es la representación de una
mujer que ha aprendido a hacer este deslinde lo cual le
permite una actitud de control tanto de sí como de su deseo.
Más lejos nos lleva el poema "Mi marinero en tie-
rra." La hablante lírica ya no sólo desea sino que contem-
pla, describe y posee al Otro. Por medio de imágenes visua-
les, el poema presenta un hombre viril curtido por el mar.
Significantes tales como: bruscamente, afilado, escollera,
firma, acecha, tostada mejilla, voz de tu apremio. estable-
cen la personalidad del personaje masculino y su urgencia
sexual. Como afirma Hilde Cramsie (200), el "Tú" desea
agredir pero el yo no se lo permite." la hablante exclama:
"Y me adelanto, y sé donde una escollera/ más firme que tu
pecho ...." Para luego continuar: dónde abismo que iguale
al que tu boca acecha". De esta manera, la hablante pone
punto final a la agresión, ella es igual. A pesar del apremio
del amante. la hablante es quien se lanza al asedio y está
consciente de su deseo. Al ser la iniciadora del acto sexual,
la hablante ha roto el molde que controlaba su erotismo.
Al contraponer un dique-escollera al abismo consigue una
igualdad sexual. la hablante lírica ya no se conforma con
la contemplación y el deseo; quiere satisfacerlo, y lo consi-
gue. El mismo hecho de desnudar al amante, conlleva una
revisión-de-construcción
del mito de la modestia y pasivi-
dad femenina. Como afirma Sen odidio, Rossetti antepo-
ne la agresiv idad a la pasividad femenina y logra que sus
hablantes descubran con sus propias manos los tesoros que
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