manencia en su recuerdo es fuente de valor cuando le dice:
"tú mi estigma y mi orgullo."
El concepto de mujer que se plasma en este poema
es una deliberada alternativa a la identidad fuera de sí mis-
ma y, por consiguiente, fuera de metáforas paternales (Ro-
sas, "Novísima ...", 193). Es una innegable asociación del
cuerpo femenino al lenguaje cuando dice: "yo albacea, boca
divulgadora. que a tu dictado vive." Con esta aseveración,
Rossctti logra vincular lo femenino tanto a la metáfora de
la lectura como a la de la escritura puesto que, como afirma
Ugalde, asumir la riqueza expresiva de la tradición sin que
ésta consuma la originalidad, es un reto difícil para la mujer
(2-n.
En otro poema, "Escarceos de Lou Andreas Salomé
a espaldas de Nietzsche, claro," (Indicios, 45), Rossetti crea
una hablante lírica que se enfrenta al prototipo del macho
que la atrae con su "Despiadada belleza" (v.l) que la ex-
cluye de sí (v.6). La hablante es apasionada y se encuentra
ignorada y excluida en el amor yen el placer:
La luz roza en tu carne mi desierto,
mi camino de sed, mi pasión incesante
de hermosura.
(2-4)
John \Vilcox dice al respecto: "Su pasión la esclaviza, la
reduce a un estado de quemante sequedad, la convierte en
un ardor seco y estéril. Rossetti nos ofrece aqui una visión
de la incompatibilidad amorosa vista por los ojos de una
mujer "(528).
Por lo tanto, concluimos con Wilcox ("Ana Rossetti
y sus cuatro musas poéticas:' 528) en que la representación
femenina en el poema es una revisión del aspecto tiránico
del comportamiento masculino que no ha tenido nunca en
cuenta el sentir de la mujer. Rossetti, como dije previamen-
te. revisa los códigos culturales que habían encasillado a la
mujer y logra romper sus moldes. En esta ocasión quisiera
referirme a los que limitaban el erotismo femenino.
147