Cactus
su aspecto no normativo. Por si fuera poco, de
manera inesperada, su obra provocó otra reacción
espontánea. En 2013 sus autorretratos se viralizaron
y dieron mucho de sí gracias a las redes sociales.
Morris-Cafiero recibió miles de mails y comentarios
de desconocidos insultándola y llamándole fea,
gorda, enfermiza y todo tipo de cosas, resumidas en
una: «Me dijeron que debería cambiar o morir». La
fotógrafa estadounidense alucinó con lo ocurrido:
«No esperaba que las fotos se hicieran virales y que
la gente me criticara. Me sorprendió que la gente
ganara fama siendo cruel con otra persona». Ella se
lo tomó de la mejor manera posible, con humor y
aprovechando esa triste realidad como materia prima
para su siguiente obra: The Bully Pulpit.
Nuevamente, la artista decidió contraatacar a
sus acosadores de una manera ingeniosa. Ya que
era ella quien se había expuesto deliberadamente
mientras los abusones, amparados por el anonimato
online, volcaban cómodamente toda su agresividad
y frustración sobre su trabajo y su cuerpo, optó por
parodiarlos. Morris-Cafiero analizó las imágenes que
24 de esos abusones usaban en sus propios perfiles de
redes sociales y se disfrazó de ellos de la manera más
ridícula posible, como si fueran personajes de La Hora
Chanante, con exageradas pelucas, ropa y grotescos
«Mi objetivo es
encontrar una manera
de provocar a la gente
de una manera que les
haga sentir incómodos».
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