Un cuento para adultos
que nos conduce,
sin concesiones ni
tabúes, por el camino
poco transitado de la
psicología del agresor
sexual
poco va a llevando a cabo con varias mujeres, pero
que en su cabeza tienen pleno sentido y carecen de
amenazas y violencia.
A lo largo del libro hay diseminados varios
elementos que sutilmente van aportando pistas
sobre lo que realmente está ocurriendo. Vemos
estatuas de la propia Artemisa y Hermes, varias
serpientes, osos y lechuzas que conectan con los
mitos originales y añaden capas de profundidad a un
álbum que se puede leer en apenas veinte minutos.
Una noche el protagonista tiene una pesadilla
en la cual es convertido en ciervo y varios perros
salvajes le persiguen, un castigo que la misma diosa
había impuesto a varios hombres. Esa combinación
entre mitología griega y cine negro, especialmente
obras como La Mujer Pantera o la serie de culto El
Detective Cantante, dan lugar a una novela gráfica
prodigiosa que requiere al menos de una segunda
lectura para apreciarla en toda su magnitud.
Bezimena es un cuento para adultos que nos
conduce, sin concesiones ni tabúes, por el camino
poco transitado de la psicología del agresor sexual.
Un tema oscuro y sórdido no apto para todos los
paladares, pero que conviene conocer.
Todo ellos queda subrayado con un epílogo
donde la autora cuenta en detalle el intento de
violación que sufrió en su infancia, justo antes
de que estallara la guerra de los Balcanes, un
periodo que ella misma describe como «oscuro y
de corrupción moral». Sólo así puede entenderse
que un hombre de mediana edad contara con la
ayuda de una chica que captaba niñas más jóvenes
para llevarlas donde él, que las violaba mientras
lo grababa en vídeo para vender esas escenas
por correo. Ese episodio era desgraciadamente
tan habitual en la Serbia de finales de los 80 que
ella misma lo volvió a sufrir tiempo después. El
estremecedor relato de Bunjevac pone los pelos
de punta, pero sirve para contextualizar lo que
ha contado elegantemente con otros personajes
y mediante dibujos y, quiero creer, también le ha
servido a ella para exorcizar ese trauma. @
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#37 09–10_2019
Cactus