- Hoy después de haber cerrado el tambo. ¿Van a seguir
relacionados al campo?
- Cerramos el campo con este predio de 13 has, y otros
arrendados. Algunos los entregamos y otros los conser-
vamos. Pero terminamos sin deuda. Vendimos las vacas y
dejamos las vaquillonas. También dejé la maquinaria. No-
sotros siempre fuimos de disfrutar la vida en la medida de
lo que podíamos. No nos privamos nunca de nada dentro
de nuestras posibilidades, nuestras hijas estudiaron y se
casaron. Ahí empezamos a trabajar con empleados, pero
las circunstancias te llevan a que un tambo familiar, chico,
sea muy difícil de llevar con gente a cargo. Esta última
crisis, nos llevó varios años, por eso tomamos la decisión
de cerrar esta etapa; fue una decisión tomada en conjunto
en la familia y no estoy arrepentido.
- ¿Fue duro el momento de tomar la decisión?
- Si la situación hubiese sido otra, hubiéramos seguido
con el tambo. Lo que precipitó la decisión fue el momen-
to. Yo siempre dije que cuando cumpliera los 60 años iba
a dejar la lechería. Eso fue hace 5 años atrás, cuando el
sector estaba muy bien. Pero cuando cayó de vuelta, quise
salir. Quizás no fue en el mejor momento para dejar por lo
económico. Pero no queríamos volver a sacar créditos. Se
habían acabado todos los recursos habidos y por haber y
no podíamos seguir así.
“SI BIEN LOS GOBIERNOS FUERON
DIFERENTES ENTRE SÍ, NUNCA LE
HAN DADO LA IMPORTANCIA QUE
MERECE UN SECTOR COMO LO ES
LA LECHERÍA DE ESTE PAÍS”
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