ASOCIACION DE OFICIALES DE LAS FUERZAS ARMADAS Y POLICIA NACIONAL DEL PERU
combatiente contra el terrorismo. Indudablemente, la muerte de los 4 soldados en Marbella, va a servir para analizar las normas y reglamentos al respecto, para corregir o aumentar las medidas correctivas o más convenientes, pero nunca para repensar en la formación militar que se está impartiendo; porque lo que hacen los militares es prepararse y estar“ Siempre listos” para defender a la Patria y a todo lo que ella representa; y esto solo puede hacerse siendo, un buen soldado, un mejor combatiente y cuando abandone su cuartel, un mejor ciudadano.
Con mi agradecimiento a la señorita articulista Iris Javeo, por su interesante crónica que me ha permitido un“ virtual regreso” a mis 40 años de vida militar que a Dios gracias siempre fue positiva; igualmente, mi agradecimiento al señor Director Periodístico del diario“ El Comercio” por la atención, positiva o negativa, que le haya dispensado a mi opinión en relación al artículo señalado; y, mis disculpas, si me equivoco al pensar que, siendo una respuesta con una opinión contraria a la de su articulista y a su línea periodística, no la difundirá.
Con todo respeto Crl. EP( R) Jorge Salcedo Morón DNI No. 09385860
Día de la Batalla de Arica y del héroe Francisco Bolognesi
La batalla de Arica que enfrentó a nuestro ejército con los invasores chilenos el 7 de junio de 1880, es un ejemplo inolvidable de heroísmo y honor que honra a nuestro pueblo y a nuestros soldados, pero que enaltece, fundamentalmente, la figura del heroico coronel Francisco Bolognesi, jefe de la plaza, y a sus más cercanos colaboradores que decidieron entregar su vida en defensa de nuestra integridad territorial. La guerra iniciada en abril de 1879 se desarrolló inicialmente en el mar, hasta la muerte gloriosa del almirante don Miguel Grau en el combate de Angamos. Sin la defensa de nuestra armada, ya destruida, los chilenos se aprestaron a invadir los territorios apetecidos. Primero fueron derrotados en Tarapacá, pero luego se recuperaron y derrotaron a nuestro ejército en Tacna. La ciudad peruana de Arica había quedado aislada y el coronel Bolognesi en gran inferioridad numérica se prestó a defenderla. Asediado por tierra y por mar, Bolognesi escuchó el pedido de rendición que le hacían los chilenos a quienes toda resistencia les parecía inútil; pero la respuesta de Bolognesi al emisario chileno fue la inmortal: " Tengo deberes sagrados, y los cumpliré hasta quemar el último cartucho ", respuesta que fue ratificada por sus jefes y oficiales. La batalla se realizó inexorablemente el 07 de junio de 1880 en el morro de Arica y Bolognesi, junto a la mayoría de sus jefes, incluyendo al heroico coronel Alfonso Ugarte, murieron defendiendo el honor nacional. Tras el combate, las fuerzas chilenas ocuparon la plaza. En medio del caos inicial, soldados chilenos dispersos asesinaron a numerosos prisioneros peruanos a las puertas de la iglesia de la ciudad y cometieron destrozos y saqueos, hasta que los comandantes chilenos lograron restablecer el orden. Entre las víctimas civiles estuvo el comerciante italiano Santiago Carniglia asesinado en su tienda. Asimismo, más de 300 cadáveres de combatientes peruanos fueron arrojados al mar desde la cima del morro. Antecedentes Poniendo en práctica su plan de robar tierras del Perú y Bolivia y teniendo como punta de lanza sus empresarios, los ladrones chilenos, que conocían bien la debilidad militar del Perú y Bolivia— países sumergidos en permanente caos político y crisis económica—, para iniciar la guerra simplemente esperaban el menor pretexto, que fue la decisión boliviana de aumentar el pago de impuestos por el salitre que en el litoral boliviano explotaban los empresarios chilenos, quienes, siguiendo el libreto del inminente robo, protestaron y pidieron la intervención de Santiago. Chile entonces atacó primero a Bolivia en febrero de 1879 y el 5 de abril del mismo año declaró la guerra al Perú por sus intentos de mediación1. Invadido todo el litoral boliviano y habiendo recibido la declaratoria de guerra de los rateros chilenos, lo único que pudo hacer el Perú entre abril y octubre de 1879 fue la campaña marítima, que terminó el 8 de octubre con la muerte del almirante Miguel Grau y toda la plana mayor de la marina. A partir de ese momento los ladrones chilenos tenían dominio del mar y podían desembarcar sus bien pertrechados delincuentes en cualquier parte de la costa sur del Perú. Así, los