ASOCIACION DE OFICIALES
DE LAS FUERZAS ARMADAS Y
POLICIA NACIONAL DEL PERU
terroristas chilenos atacaron con facilidad Iquique, Pisagua, Arica y Tacna.
El ejército peruano de los diversos puntos de la costa quedó a merced de los ataques de la flota terrorista de los chilenos.
La batalla de Tarapacá (27 de noviembre de 1879) tuvo lugar con todas las facilidades y ventajas para los carteristas
chilenos, pese a lo cual vencieron los peruanos; pero ese triunfo no cambió en nada la situación. Lo único que pudieron
hacer los exhaustos vencedores de Tarapacá2, con los coroneles Andrés A. Cáceres y Francisco Bolognesi a la cabeza,
fue marchar en dirección norte, hacia Arica.
El 7 de Junio de 1880 en Arica se gestó una de las páginas más dignas de la historia peruana. Luego de conocida la
derrota en el Alto de la Alianza y de la captura de Tacna (26 de Mayo de 1880), quedaban sólo dos posibilidades para los
soldados peruanos en Arica: retirarse hacia el este (abandonar el puerto más estratégico del sur y dejar definitivamente
estos territorios a Chile) o bien quedarse a pelear hasta el final. Los soldados peruanos, con el coronel Francisco
Bolognesi a la cabeza, optaron por quedarse y ante el pedido de rendición del enemigo decidieron luchar "hasta quemar
el último cartucho".
Fuerzas:
Chile: 5,300 hombres, caballería y apoyo naval del Cochrane, la Covadonga, el Loa y el Magallanes
Perú: 1,600 hombres sitiados, sin caballería, con apoyo naval del monitor Manco Cápac y de la lancha torpedera Alianza.
Tarapacá y Tacna había caído en manos chilenas, Arica estaba cercada por el sur y por el norte. Al oeste, poderosas
naves en la bahía hacían imposible cualquier intento de escapatoria. Se podía abandonar el territorio marchando rumbo
al este, internándose en la sierra, para, rodeando las fuerzas chilenas, alcanzar Arequipa o eventualmente Lima. Había
también otra opción: quedarse en Arica, donde sin duda morirían.
Bolognesi confiaba aún que el ejército aliado no hubiera quedado destruido en Tacna y que acudirían a reforzar Arica. El
día 26 de mayo había dirigido un telegrama a sus superiores, pidiendo órdenes y refuerzos y agregando: "Aquí
sucumbiremos todos antes de entregar Arica". No obtuvo respuesta. Envió mensajeros, pero éstos no regresaron. Le
escribió al prefecto de Arequipa "estoy incomunicado".
La Propuesta de Rendición y la Respuesta de Bolognesi
Bolognesi despachó el 4 de junio una carta a sus superiores, en la que dice desconocer el paradero de las fuerzas
peruanas y pide refuerzos. "tengo al frente 4,000 enemigos poco más o menos a los cuales cerraré el paso a costa de la
vida de todos los defensores de Arica aunque el número de de los invasores se duplique", dice Bolognesi. "Todas las
medidas de defensa están tomadas, espero ataque pasado mañana, resistiré. Háganos propios (envíe refuerzos)
cuantos sea posible. Dios guarde a U.S. Francisco Bolognesi". A pesar del pedido desesperado, las fuerzas peruanas, al
mando del Coronel Leiva estaban lejos, se habían retirado a Arequipa.
El 5 de junio a las 7 de la mañana, el comando chileno envió como parlamentario, al mayor Juan de la Cruz Salvo , quien
fue recibido por Bolognesi en su casa, al pie del Morro, donde en la actualidad se encuentra el Consulado peruano en
Arica. El mayor le expresó a Bolognesi que el jefe del ejército de Chile quería evitar un inútil derramamiento de sangre,
puesto que el grueso del ejército peruano-boliviano había ya sido vencido en Tacna. De la Cruz Salvo le dijo que tenía el
encargo de pedir la rendición de la plaza, "cuyos recursos en hombres, víveres y municiones conocemos".
"Tengo deberes sagrados y los cumpliré hasta quemar el último cartucho", dijo Bolognesi al parlamentario chileno, sin
embargo, le advirtió que esta respuesta era personal y que debía consultar con los otros oficiales.
La consulta se dió. Uno por uno contestaron por orden de graduación. Ni una voz discrepante se alzó. Los defensores de
Arica dijeron: "Cuando menos sea nuestra fuerza, más animoso debe ser nuestro corazón".
El Asalto del 7 de Junio de 1880
Al amanecer del 7 de junio de 1880 se inició el asalto chileno por la retaguardia, en el fuerte de la Ciudadela. Empezó
una feroz matanza de prisioneros, de los 400 soldados peruanos, sólo sobrevivieron diez.
La resistencia final tuvo lugar en el Morro mismo. Allí estaban Bolognesi, More, Alfonso Ugarte, Saenz Peña, Armando
Blondel, con los restos de los batallones Tarapacá, Iquique, Artesano y Granaderos de Tacna. Eran unos pocos hombres
contra muchos asaltantes. Todo concluyó a las 8 de la mañana.
Según Saénz Peña, "sólo More y Bolognesi continuaron haciendo fuego con sus revólveres" hasta que un soldado
chileno le disparó a Bolognesi y lo tendió muerto instantáneamente de un balazo en el cráneo.
La Batalla de Arica, constituyó un holocausto consciente por el honor nacional, un sacrificio colectivo unánimemente
aceptado y enfrentado con singular denuedo. Las cifras que siguen, muestran en forma elocuente que no hay en la
historia de las guerras del mundo, en lo porcentual, sacrificio mayor:
Batalla de Wagran : 38% muertos
Batalla de Waterloo : 24% muertos y liciados
Batalla de Gravelotte : 8% muertos
Batalla de Arica : 60% : muertos
Hay que agregar asimismo que en la Batalla de Arica, del efectivo total de los batallones "Granaderos de Tacna" y
"Cazadores de Piérola" fueron muertos casi todos. El 4 de junio de 1880, entraban al Callao los restos de este gran
Héroe Francisco Bolognesi, siendo situados en el cementerio de Lima “Presbítero Maestro”.
LAS CARTAS DE ARICA
Durante el sitio y antes de la bat