Reglas del Fútbol Reglas | Page 90

C APÍTULO 3 Métodos de entrenamiento del fútbol Por lo tanto, el desarrollo de la fuerza puede considerarse no sólo como una necesidad del estado físico, sino fundamental para la naturaleza física total. El entrenamiento para aumentar la fuerza en el fútbol tiene, en general, dos objetivos: uno, mejorar la fuerza total del atleta; y dos, desarrollar el equilibrio muscular y prevenir lesiones. Aunque la mayoría de los entrenadores comprenden el valor de tal acondicio- namiento, muchos aún no comprenden en su totalidad el proceso por el cual la fuerza y el entrenamiento con pesas contribuyen específicamente al desempeño en el fútbol. ENTRENAMIENTO CON PESAS Y DESARROLLO DE LOS MÚSCULOS A primera vista, el entrenamiento con pesas parece contradecir los requisitos de los de- portes aeróbicos. El entrenamiento con pesas agranda las células musculares, incremen- tándolas en tamaño y fuerza. Sin embargo, la cantidad de mitocondria no aumenta. La mitocondria consiste en pequeñísimas estructuras dentro de las células que son las responsables del metabolismo aeróbico, el proceso por el cual el oxígeno y la comida son transformados en energía (ATP). Debido a que el fútbol depende de la energía aeróbica y a la optimización de la densidad mitocondríaca, el entrenamiento con pesas parecería entrar en conflicto con los principios del acondicionamiento aeróbico. Sin embargo, el proceso por el cual el entrenamiento con pesas contribuye al desempeño en el fútbol es más complejo que el efecto que causa en la mitocondria. Veamos cómo el entrenamiento con pesas afecta en realidad a los músculos y a otros tejidos blandos. • En primer lugar, el entrenamiento con pesas fortalece los tejidos conectivos de los músculos, fascia, tendones y ligamentos. El entrenamiento con pesas estimula la producción de colágeno, una sustancia que constituye la mayor parte del tejido conectivo. Un mayor colágeno en los músculos disminuye el riesgo de sufrir torceduras de músculos, tendones y ligamentos. • En segundo lugar, el desempeño atlético a menudo se encuentra limitado por el debilitamiento de los músculos y por la falta de equilibrio. Los movimientos repetitivos tienden a crear una fuerza desequilibrada. Cuando músculos opuestos tienen grandes diferencias en su fuerza, el músculo más débil se encuentra propenso a sufrir lesiones. Ese desequilibrio muscular es una causa frecuente de lesiones. Por ejemplo, generalmente los jugadores tienen mucha más fuerza en los cuadriceps que en el tendón de la corva. No es de sorprender, entonces, que las torceduras en el tendón de la corva y los problemas de rodilla estén entre las lesiones más frecuentes 90