C APÍTULO 1
Una filosofía para entrenar a atletas de la escuela secundaria
Un entrenador eficiente de la escuela secundaria se convertirá en un líder inspirador,
un maestro entendido, y un modelo digno de imitar. El entrenador de la escuela
secundaria es mucho más que un maestro de capacidades y estrategias; es una fuerza
adulta significativa en la vida del estudiante-atleta. Usted tendrá un gran impacto en el
crecimiento psicológico y en el desarrollo personal de los atletas que entrene. Lo que les
diga a los atletas y cómo se los dice impactará en gran medida en las experiencias de sus
atletas en el deporte.
Desarrollar una filosofía de entrenamiento
DETERMINAR SUS OBJETIVOS COMO ENTRENADOR
Los dos aspectos más importantes a tener en cuenta en el desarrollo de una filosofía
personal de entrenamiento son sus objetivos profesionales y su estilo de entrenador.
Sus objetivos podrían incluir mejorar la relación entre victorias/derrotas, ganar el
título de la liga, ser uno de los primeros equipos en la Federación Interescolar de
California, CIF (según sus siglas en inglés), demostrar mejoras individuales y en
grupo, hacer que el programa para sus atletas sea divertido, o enseñarles a sus atletas a
competir bien.
Los entrenadores de la escuela secundaria a menudo creen que su mayor
responsabilidad es producir equipos ganadores. Sin embargo, la victoria no debería
ser la única medida del éxito para usted y sus atletas. Poner demasiado énfasis en la
victoria podría causar respuestas negativas en sus atletas, tales como ansiedad, miedo al
fracaso, baja autoestima y pérdida de motivación. Esto no significa que ganar no es un
objetivo importante. ¡Ganar es importante! Sin embargo, para lograr lo mejor de sus
jóvenes atletas en los deportes de la escuela secundaria, los entrenadores deben mantener
la victoria en una perspectiva apropiada.
El éxito que consiga en la profesión de entrenador debería definirse y medirse no
sólo por la clasificación, la proporción de victorias/derrotas o la posición en su liga.
La cantidad de atletas que su programa atraiga, el entusiasmo que demuestren sus
atletas hacia el fútbol, la mejora que su equipo demuestre a lo largo del campeonato,
y la cantidad de interés y apoyo que genere por parte de los padres, la comunidad y
la escuela hacia su programa son medidas de éxito igualmente importantes. Ganar
la mayoría de sus partidos no lo convierte necesariamente en un buen líder o en un
modelo que sus atletas deben imitar. Como entrenador, sus acciones valen más que
mil palabras, especialmente durante la competición. Con el ejemplo de su conducta
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