La contra-reforma educativa
desde el ámbito constitucional, esté investido de las atribuciones necesarias para el cumplimiento de sus atribuciones. Para cumplir con los requerimientos de medir el desempeño del magisterio, se le asigna al INEE atribuciones para evaluar el desempeño y resultados del sistema educativo nacional. Facultades para diseñar y realizar mediciones de los componentes, procesos y resultados del sistema. Competencias para emitir los lineamientos a los que deben sujetarse las autoridades educativas para llevar a cabo las funciones de evaluación que les corresponde y generar directrices para el mejoramiento educativo y la equidad. El trabajo del Instituto permitirá apreciar el desempeño de la autoridad y generar un orden el desarrollo de la evaluación. Los responsables de evaluar seguirán siendo las autoridades educativas, como parte de sus funciones diarias, pero lo harán con base a criterios técnicos fijados por el INEE. La decisión de elevar a rango constitucional el INEE parte del consenso en el ámbito educativo de que el Instituto sea fortalecido, de la importancia que va a tener, y para que la evaluación goce de la confianza de los actores educativos y de la sociedad. La autonomía -se asegura- le permitirá constituirse en una entidad confiable que informe, asesore y fije directrices que las autoridades tendrán que considerar para la elaboración de las políticas educativas. Las reglas y procedimientos obligatorios, de carácter nacional, confiables y de validez general para el ingreso, la promoción, la permanencia y la evaluación serán establecidas en la legislación secundaria. Las modificaciones a la Constitución adicionales a los dos ejes fueron incorporadas en artículos transitorios. En ellos se crea el Instituto Nacional de Estadística y Geografía para que, durante 2013, realice un censo de escuelas, maestros y alumnos en todo el país. Segundo, se da mayor autonomía de gestión a las escuelas en materia de infraestructura y operaciones. Tercero, se establece erige un esquema de escuelas de tiempo completo“ en forma paulatina y conforme a la suficiencia presupuestal”.
La espada de Damocles
La reforma educativa pretende poner una “espada de Damocles” sobre la cabeza del magisterio desobediente, para que pueda ser convenientemente controlado por las autoridades educativas. Lo que se aprobó no es una reforma educativa, sino una reforma laboral y administrativa disfrazadas. Una norma que carece de claridad conceptual porque no se atreve a decir abiertamente lo que quiere: que los maestros pierdan la estabilidad en el empleo como un derecho adquirido y que la amenaza de las evaluaciones con base a exámenes estandarizados domestique a los mentores desobedientes. La nueva norma desnaturaliza los alcances del artículo 3º constitucional que 32