Análisis y perspectivas de la reforma educativa
los educandos adquieren conocimientos, asumen actitudes y desarrollan habilidades y destrezas con respecto a los fines y principios establecidos en la Ley fundamental. Así como en la medida en la que las niñas y niños tengan una alimentación suficiente y cuenten con los nuevos instrumentos de desarrollo científico y tecnológico para su formación. Es necesario crear un servicio profesional docente mediante una reforma constitucional, porque el desempeño de los maestros es el factor más relevante de los aprendizajes y el liderazgo de quienes desempeñan funciones de dirección y supervisión resulta determinante. Hoy en día -aseguran los defensores de la reforma- se presentan mecanismos de atención que no tienen suficiente calidad, así como prácticas indebidas y lesivas a la dignidad magisterial. Asimismo, la asignación de puestos en todos los niveles del sistema no corresponde a un procedimiento que otorgue seguridades suficientes de que las personas que ocupan los cargos de dirección e inspección son las idóneas para esas funciones. Para resolver estas deficiencias se establecen en la nueva norma procedimientos y mecanismos para el ingreso al servicio y para la promoción y permanencia de quienes tienen la función magisterial. Su acceso y promoción deben corresponder a las cualidades que se requieren, a su desempeño y mérito. La reforma justifica también la creación de este nuevo tipo de relaciones laborales no contempladas en la legislación anterior aduciendo dos razones. Primera, que la función magisterial tiene características que le brindan identidad propia y que la distinguen del resto de los servidores públicos. Y segunda, a que, a pesar de ello, no existe base constitucional para establecer legislación diferenciada para el personal de educación pública respecto a los demás trabajadores del Estado. Por ello -señala la Exposición de Motivos-, la reforma diseña una política de Estado sustentada en la fuerza de una disposición constitucional que en materia de ingreso, promoción y permanencia en el servicio, permita superar inercias y fijar con claridad las responsabilidades. Quien ejerce la docencia en la educación básica y media superior que el Estado imparte tiene garantizada su permanencia en el servicio en los términos que establece la ley. Pero, para ello, se necesita elaborar una nueva ley secundaria, con criterios, mecanismos e instrumentos de evaluación que permitan una valoración integral, que servirá para el otorgamiento de estímulos y reconocimientos a los maestros. En el corazón de las nuevas relaciones laborales se encuentra la evaluación. Se trata de aplicar una medición que debe conciliar la exigencia a los docentes de un buen desempeño y el reclamo magisterial de dignificación de su profesión. Por ello -se dice- se requiere organizar un sistema de evaluación, una instancia experta que asuma un papel claro como órgano normativo nacional. Un órgano que, 31