La contra-reforma educativa
dado ya su aval al requisito. Cuando finalmente la Cámara de Diputados la declaró válida el 6 de febrero de 2013, 23 entidades la habían aprobado. Desgraciadamente para sus promotores no lograron que fuera aprobada en todo el país. La creciente resistencia magisterial en Morelos, Michoacán y Oaxaca -entre otros estados- descarriló la pretensión de lograr una adhesión unánime.
Medir y castigar
La reforma educativa tiene dos ejes rectores. El primero, es la creación de un servicio profesional docente; el segundo, la previsión del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) como órgano constitucional autónomo. Es síntesis, lo que los cambios constitucionales hacen es crear una nueva relación laboral entre los trabajadores de la educación y el Estado, en el marco del artículo 3o constitucional, y elevar a rango constitucional un organismo encargado de fijar criterios para evaluar. De manera adicional, con el propósito de encauzar compromisos acordados en el “Pacto por México” la norma establece: un Sistema de Información y Gestión Educativa; fortalecer la formación continua de maestros; fijar normas para robustecer la autonomía de gestión de las escuelas; crear más escuelas de tiempo completo e impulsar el suministro de alimentos nutritivos en los centros escolares. La nueva legislación implanta, a nivel nacional, las bases de creación de un servicio profesional docente, integrado por concursos de ingreso para los docentes y para la promoción a cargos con funciones de dirección y de supervisión en la educación básica y media superior que imparte el Estado. La norma traslada a la ley reglamentaria al artículo 3o constitucional, la fijación de los términos para el ingreso, la promoción y la permanencia en el servicio. Esto significa que las relaciones laborales que hoy existen entre los maestros, la SEP y las secretarias de Educación de los estados sufren cambios de fondo y en su lugar se instauran reglas nuevas con rango constitucional. La reforma crea un sistema de reconocimiento para docentes en servicio basado en un proceso de evaluación, en el que se considera, de manera central, la contribución de los maestros para mejorar el aprendizaje de los alumnos. Este cambio en las relaciones laborales es justificado en nombre de la calidad educativa. Una calidad que debe alcanzarse usando como instrumento a la evaluación. “Evaluar es medir”, se dice en la Exposición de Motivos. La reforma es justificada en nombre de la calidad educativa. Para que los alumnos reciban una educación que cumpla con los fines y satisfaga los principios establecidos en la norma constitucional -se afirma-, resulta imprescindible la calidad educativa. La calidad existe -de acuerdo a los promotores de la norma- en la medida en la que 30