o Su facilidad de acceso, bien por su amplia difusión comercial o por poder obtenerse fácilmente de los centros de profesores.
o Deben ser no fungibles y de precio asequible( especialmente los destinados a los alumnos)
o Variados en cuanto a su formato y contenidos
o Deben recoger propuestas para permitir actividades de autodescubrimiento dirigido, de autoaprendizaje, incitando en los alumnos a una autonomía en el trabajo, siempre en el grado adecuado a su madurez intelectual.
o Deben también recoger espacios para la producción de nuevos materiales en el centro, tanto por parte del profesor como de los alumnos durante su proceso de aprendizaje.
o Deben incorporar dinámicas que fomenten el trabajo en grupo.
Nunca nos habíamos encontrado en el terreno educativo con la posibilidad de utilizar una diversidad de medios tecnológicos como ocurre en la actualidad, a los proyectos de diapositivas, retroproyectores y cassettes de audio, se han incorporado otros que van desde los equipos de grabación y edición de vídeo, hasta las actuales redes de comunicación. Medios que están permitiendo no sólo desempeñar las funciones que tradicionalmente se le asignan en la escuela como son las de transmisión de contenidos, información y motivación al estudiante, sino también otras como la de presentación de simulaciones y creación de entornos diferenciados de aprendizaje, o la evaluación de los estudiantes. Al mismo tiempo, estas Nuevas Tecnologías han dejado de estar exclusivamente a disposición de los profesores, para ser utilizadas por los estudiantes.
Frente a este avance progresivo, aunque no con tanto impacto y rapidez como han tenido en otras instituciones sociales, nos encontramos con una realidad, dibujada por el hecho de que por mucha amplitud y diversidad de medios con los que cuentan en la actualidad los profesionales de la enseñanza para realizar su actividad profesional, su uso es minoritario y no integrados en la práctica curricular. Los medios, cualquier tipo de medio, siguen percibiéndose como realidades individuales y autosuficientes, respecto a las relaciones que establecen con los sujetos, profesores y estudiantes, y con el sistema en el cual se ven inmersos [ 3 ].
Los motivos que se han ido apuntando para su incorporación a la enseñanza y al aprendizaje, son muy diversos y van desde el poder que se le presuponen para capturar la atención de los receptores, hasta su significación para aclarar conceptos abstractos, reducir el tiempo que los sujetos necesitan para la adquisición y comprensión de la información, presentar información difícil de ofrecer por otros cauces, o liberar al profesor de tareas repetitivas.
La llegada de la tecnología digital y con ella la informatización y el mundo de los ordenadores personales, así como la aportación de las telecomunicaciones a la difusión y