mucha paciencia y aceptar lo impredecible de sus sentimientos. Acepte que no puede
controlar el desenlace de sus emociones y haga las cosas lo mejor que pueda. Ya sea
usted el sobreviviente o el cuidador, debe practicar el pensamiento positivo y, con el
tiempo, encontrará la luz al final del túnel.
“Mi esposo, mi hija, mis padres y mi hermana han tenido una fe
y un optimismo enormes, lo cual cambió por completo la peor
etapa de mi vida. Gracias al amor y al cuidado de mi esposo, aún
estoy viva. Él fue fundamental para mi recuperación y el hecho de
que ahora me encuentre en casa. La participación de mi hija de diez
años no ha sido menos importante. Ella era una niña típica de diez
años cuando me enfermé, pero inmediatamente se convirtió en
adulta y ayudó con todo”. -Una superviviente
Nota para los cuidadores
Este evento traumático no solo afecta a los pacientes, sino también a los familiares
y amigos cercanos. Usted ha visto a un ser querido sufrir de formas impensables,
lo vio someterse a un tratamiento y ahora puede ver cómo lucha para volver a
encontrarse a sí mismo. Es posible que usted se sienta enfadado, frustrado, culpable,
arrepentido y esperanzado; todas estas son emociones normales y es necesario
hablar de ellas y procesarlas.
Preguntas que podría estar haciéndose:
¿Será mi ser querido la misma persona que antes de la enfermedad? ¿Cómo puedo
lidiar con su enfado, sus temores y su depresión? ¿Será nuestra relación la misma?
¿Dónde puedo obtener ayuda? ¿De qué forma puedo ayudarlo?
Los familiares y amigos cumplen una función clave en la recuperación de un paciente.
Usted puede convertirse en sus ojos y oídos, en un defensor de la buena atención, un
vehículo para su curación. Muchos supervivientes logran recuperarse por completo,
con algunas deficiencias residuales, pero el proceso es prolongado y podría tomar
semanas, meses o incluso años. La paciencia es la clave para brindar con éxito el
apoyo que el superviviente necesita.
Aceptar a esta nueva persona es el primer paso para ayudarla a recuperarse y salir
adelante. El trabajo arduo comienza cuando saca a su ser querido del hospital o
del centro de rehabilitación. En el hogar, comenzará a notar aquellas deficiencias
“de fondo” que podrían no ser tan evidentes, pero que de todas formas afectan su
funcionamiento y la capacidad para interactuar con otras personas dentro del hogar,
en el lugar de trabajo u otros entornos sociales.
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