REBELIÓN EN LA GRANJA Rebelión en la Granja-George Orwell | Page 91
el portón de acceso. Los animales salieron audazmente para
combatir, pero esta vez no alcanzaron la victoria fácil que obtu-
vieran en la «Batalla del Establo de las Vacas». Había quince
hombres, con media docena de escopetas, y abrieron fuego tan
pronto como llegaron a cincuenta metros de los animales. Éstos
no pudieron hacer frente a las terribles explosiones con sus hir-
vientes perdigones y, a pesar de los esfuerzos de Napoleón y
Boxer por reagruparlos, pronto fueron rechazados. Unos cuantos
de ellos estaban heridos. Se refugiaron en los edificios de la
granja y espiaron cautelosamente por las rendijas y los agujeros
en los nudos de la madera. Toda la pradera grande, incluyendo
el molino de viento, estaba en manos del enemigo. Por el mo-
mento hasta Napoleón estaba sin saber qué hacer. Paseaba de
acá para allá sin decir palabra, su cola rígida y contrayéndose
nerviosamente. Se lanzaban miradas ávidas en dirección a Fox-
wood. Si Pilkington y su gente los ayudaran, aún podrían salir
bien. Pero en ese momento las cuatro palomas que habían sido
enviadas el día anterior volvieron, portando una de ellas un trozo
de papel de Pilkington. Sobre el mismo figuraban escritas con
lápiz las siguientes palabras: «Se lo tiene merecido».
Mientras tanto, Frederick y sus hombres se detuvieron junto
al moli