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rival que lo dejó fuera de combate y con una marca para toda la vida. Y sigue la saga. Un domingo, en esas raras oportunidades que visitaba la casa de una amigo, es sorprendido por la policía pero lograr zafar montado en su ruano saltando los cercos. Sobre el lomo de su Pajarito, no había portón ni alambrado que lo atajara. Otro testimonio lo brinda Roque Casals, de Santa Elena, que aporta datos brindados por Jesús Blanco, integrante del Conjunto “Los Peregrinos”: Carmelito era amigo de su padre, Juan Ramón Blanco, que lo rodea. Lo menciona Martínez y también Linares Cardozo, el maestro de la chamarritas, en su libro Júbilo de esperanza. Dice el autor de La Lindera que en una oportunidad, pintando un paisaje en el arroyo Estacas, se le aparece el famoso gaucho, anciano ya “espigado, ágil todavía, muy prolijo y aseado en su vestimenta, con una cabellera blanca que le caía, sujetada a la altura de la frente por una vincha que la hacía patriarca gaucho. Su presencia fue como una aparición, llevaba puesto en ponchillo que protegía la espalda. Hoy el campo donde se realiza la Fiesta del Toro, en campos de la familia Genés, en la zona de Yacaré, se denomina precisamente “Carmelito Acosta”. Cuenta Marcelo Faure en la página del Centro de Estudios Históricos Arturo Jauretche, que “Pituco Martínez acceso a un papel de estraza (que se usaba para envolturas en los viejos almacenes) con escritos y dibujos de Carmelo Acosta hechos con pétalos de flores del monte”. Un copla popular lo recuerda: “Un gaucho de Tres Lagunas/ con cara de zorrito/ no hay alambrado que ataje/ a su ruano Pajarito”. Y así lo pinta Héctor Cacho Miño en su chamamé Campo Carmelito Acosta. Llega la “Fiesta del Toro”, ya se escucha los murmullos Por el lao de “Tres lagunas”, por el pago del “barullo”. Allí junto al Yacaré, ese arroyo entrerrianito Está el campo de destreza, bien llamado “Carmelito”. oriundo de Ombú. En los años 1947 y 1948, cuando Jesús tenía alrededor de 10 años, Carmelo visitó su casa del barrio puerto de La Paz (…) Tenía un caballo ruano, que saltaba los alambrados y con un silbido lo tenía a su lado (…) Nunca se le conoció muerte; posiblemente era cuatrero porque era muy perseguido por la policía. Pero además de sus habilidades para montar y manejar el cuchillo, tiene una particular destreza para el dibujo, tanto que en el papel es capaz de reflejar el paisaje agreste Dejé mi trabajo para atenderlo. Según sus palabras andaba con sus perros rastreando un zorro por el arroyo. Curioso, se sintió atraído por mi paisaje que lo observó un largo rato, para finalmente dar su juicio pícaro y travieso: ‘el que sabe, sabe, el que no sabe, ignora y el ignorante pelea…’ Luego me confesó el entusiasmo de toda su vida por el dibujo, por la música y las artesanías. Don Carmelito me hacía notar su gran amor por la naturaleza, los pájaros, los bichos (…)” Gauchito de “Tres Lagunas”, aunque los años pasaron se recuerdan sus andanzas, porque en la gente quedaron. Era ágil cual un gato y le sobraba el valor al tratarlo muy amable, buen dibujante y pintor. Fuentes: Marcelo Faure, “Carmelito Acosta: mito y devoción popular”, en http://www.vascojauretche.com.ar/201 3/04/carmelito-acosta.html#more Marcelo Faure, entrevista, 12/06/2013 Publicado originalmente en revista Orillas, 21/11/2013 Ideas y pensamientos “La historia de América, de los incas acá, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra. Nos es más necesaria. Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas. Y calle el pedante vencido; que no hay patria en que pueda tener el hombre más orgullo que en nuestras dolorosas repúblicas americanas.” José Martí 30 de Enero de 1891 RAMOS GENERALES 22