SEMANA 7 SEMANA 8
Ahora bien, con todo lo dicho cabe la pregunta ¿es
compatible ser cristiano y tener problemas o patologías
mentales? La respuesta es sí, como vimos en los
estudios anteriores, todos los personajes de los cuales
observamos pequeños casos, eran personas que
conocían a Dios y que le habían honrado de una y otra
manera, no obstante, su mente no estaba renovada al
100%. ¿Un cristiano puede ir al psicólogo? No solo PUEDE, sino
que DEBE ir, ya que, si somos espíritu, alma y cuerpo,
tripartitos, debemos cuidar y administrar de la mejor
forma estas tres secciones de nuestro ser.
En el Nuevo Testamento podemos ver a Pedro, quien
claramente creía en Jesús y era uno de los más cercanos
a éste. Sin embargo, el texto bíblico nos muestra cómo
Pedro tiende en diversos momentos a la impulsividad y
temores.
• Algunos de estos comportamientos, los podemos
encontrar en Juan 13.8-9 y Gálatas 2.11-14. Lee los
pasajes e intenta ver qué tipo de comportamiento tuvo
Pedro ¿has reaccionado de esta forma alguna vez?
Un ejemplo de comportamiento impulsivo, y quizás
uno de los más conocidos, es la negación de Pedro,
la cual se pudo dar por temor a ser matado. Lo que sí
es explicito es que Pedro miente para ocultar que sí
conocía a Jesús. En ese momento su mente estaba
perturbada y no pensó con la claridad que tenía aquella
noche donde Dios le había revelado que él le negaría.
Es así, como observamos que por sutil que sea, existe
un desequilibrio en la mente de Pedro, evidentemente
porque éste no era perfecto, aún no llegaba a la altura
de Cristo quién es recto en todos sus caminos. De esta
manera y contiguamente al estudio 6, un cristiano
sí puede tener problemas o patologías mentales, la
gravedad de estas estarán cruzadas por las experiencias
vitales que hayamos tenido y la predisposición biológica
que tengamos. Nuestra salud mental no debe determinar
qué tipo de cristianos somos, sino la obra constante del
Espíritu Santo en nosotros.
No olvides que, para algunos, la obra del Espíritu Santo
puede ser lograr levantarse en la mañana y comer
en medio de un cuadro depresivo, como lo fue en su
momento para Elías. Recuerda que tenemos un Dios que
no nos desamparará.
alfa-piebs.cl
Muchas veces me han hecho esta pregunta, y uno de
mis primeros pensamientos es ¿si ellos tuvieran un
esguince no irían al médico? Yo creo profundamente que
Dios no necesita de médicos, ni psicólogos, ni de ningún
profesional, Dios es completo en sí mismo y en Él habita
toda sabiduría. Es por el contrario la humanidad, la que
tiene pinceladas de su conocimiento y los sistematiza y
teoriza académicamente para llegar a ciertos resultados
óptimos.
Ya vemos como un principio central de las escrituras el
perdón o el no tener raíces de amarguras, mientras que
la ciencia en la actualidad manifiesta que estos actos son
beneficiosos para la salud mental, y habría una lista larga
de más ejemplos como estos.
• Escribe y enlista más ejemplos de valores que la Biblia
establece y que la sociedad, desde la ciencia, fomenta
como buenos comportamientos beneficiosos para la
salud mental. Intenta ponerlos en práctica.
El asunto es que existen personas que han estudiado
y que nos ayudan a tener una mayordomía mejor de
ciertas áreas de nuestra vida. Debemos cuidar nuestro
cuerpo y hoy, en el siglo XXI, es casi incuestionable
que todos los cristianos en nuestra iglesia local por
lo menos, han ido y van al médico cuando tienen una
dolencia física.
Ahora bien, cuando tienen una dolencia psíquica
¿somos igual de responsables para ir y trabajarla con
quiénes tienen las herramientas? o bien ¿solamente lo
ignoramos o esperamos que Dios obre en esa área de
manera personal?
• Ora para que Dios nos permita ser cada vez más
responsable con nuestra mente, con lo que lidiamos día
a día y podamos gozar de todos los beneficios que trae
el trabajar en una salud mental integral, que sin duda
no pasa exclusivamente por ir o no al psicólogo, sino
que su base está en el temor y amor a Jehová. Porque
todo nuestro cuerpo fue hecho para glorificar y amar a
Dios, y debemos intentar mantenerlo sano y renovado
en su palabra y verdad.
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