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TÓMATE UN TIEMPO... Plan de Estudios SEMANA 5 SEMANA 6 ¿Son entonces los problemas en salud metal un problema espiritual? Esta pregunta tiene dos respuestas, las cuales abordaremos en este y el próximo estudio. La segunda respuesta es no, los problemas de salud mental no devienen de problemas espirituales, ya que los problemas mentales vienen particularmente de la esfera almática, corresponden a una perturbación en el ámbito del pensamiento, de lo psicológico y no de lo espiritual. Si bien, éstas están interrelacionadas, como mencionábamos anteriormente, no es directamente causal en tanto a lo individual. La primera respuesta es sí, los problemas de salud mental si tienen su raíz en lo espiritual, debido a que el ser humano es tripartito: espíritu, alma y cuerpo (Lee 1 Tesalonicenses 5:23) y éste funciona de manera integrada y no segmentada, siendo así aquello que pasa en la esfera espiritual afectará incuestionablemente las demás partes del ser, incluyendo la mente. Además, se puede señalar que lo medular de nuestra composición es precisamente lo espiritual, ya que estamos constituidos a imagen y semejanza de Dios, quien es espíritu. (Lee Juan 4:24). Se observó en el primer estudio que producto de la desobediencia a Dios, se perturbo el área mental del ser humano. Y desde ese lugar toda perturbación en la humanidad tendría una raíz espiritual, lo cual no quiere decir que los problemas de salud mental tienen un devenir exclusivo de nuestra calidad de vida espiritual personal, sino más bien que la humanidad se encuentra caída y desviada a nivel mental. Esta perturbación se ha replicado y perpetuado históricamente, a través de la crianza las relaciones sociales y las diversas instituciones que nos constituyen social e individualmente. En este mismo sentido, se evidencia bíblicamente que las relaciones sociales y las enseñanzas generacionales nos encausaran en tener una mente más sana o perturbada. En Deuteronomio 6 habla de cómo es el deseo de Dios el traspaso generacional de su ley; específicamente señala “Las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.” No obstante, avanzado el texto bíblico se observa que el pueblo no cumplió en educar mentalmente a sus hijos, sino que se desvió. Los problemas en el área mental, tienen un fuerte componente de construcción social. Es por ello, que, si crecemos en un ambiente ansiógeno (de ansiedad) que no nos proporciona las seguridades mínimas, entonces muy probablemente me encontraré con alguien que le cuesta confiar en la paternidad de Dios y sus cuidados. Como señalábamos en el estudio 2, la Biblia nos hace un llamado a renovar nuestra manera de pensar y nuestra mente, precisamente porque vine con patrones de pensamientos insanos. De esta manera la Biblia nos anima y nos insta a cambiar nuestra mente, nuestros pensamientos, por todo lo justo, todo lo bueno, todo lo puro, todo lo amable. • Lee Filipenses 4:8 No obstante, no todos llegamos a Dios con la misma historia, de la misma forma. Algunos de nosotros fuimos amados y criados en ambientes donde nos intentaron enseñar y formar en nosotros una mente agradable a Dios, otros tuvimos más baches y carencias de Dios en nuestra formación. Estos últimos tendremos más luchas y dificultades en nuestra mente y no necesariamente es que amamos menos a Dios o que espiritualmente seamos más débiles, sino que tenemos que ser aún más renovados por un Dios de amor que terminará la obra que comenzó. En consecuencia, toda perturbación mental proviene de un problema espiritual, propio, ajeno o colectivo. Profundizaremos más en esto en el estudio 7. 24 #RflexMag