QUERIDO HIJO ESTAMOS EN HUELGA Querido_hijo__estamos_en_huelga_-_Jordi_Sierra_i_F | Page 90
El mundo no era perfecto. Se había convertido en
un lugar extraño, inhóspito. Una selva.
Acabó comprendiendo que tenía hambre, así que
regresó a la cocina y volvió a abrir la nevera. Tampoco
debía de ser tan difícil prepararse algo que no fuera un
bocadillo. Sacó un brik de caldo y de la parte baja, el
refrigerador, un filete congelado. En la despensa
encontró un bote de cristal con fideos. Llenó un cazo
con el caldo, le añadió los fideos y lo puso todo a
calentar. Lo del filete era más complicado, pero en el
microondas había un programa de descongelación.
Metió el filete dentro, en un plato, le dio a la tecla
correspondiente y luego lo puso en marcha.
Se sentó en una silla a esperar con la cabeza
dándole vueltas.
Se imaginó toda su vida de niño teniendo que
prepararse cada día el desayuno, la comida y la cena.
Otro estremecimiento.
No, Ángel le había dicho que los huelguistas,
primero, presionaban, para reivindicar sus derechos, y
que luego acababan negociando.
¿Cuándo sería eso?