QUERIDO HIJO ESTAMOS EN HUELGA Querido_hijo__estamos_en_huelga_-_Jordi_Sierra_i_F | Page 89

peor, uno del Plus sin descodificar. Toda la vida insistiendo en lo de que comiera bien y ahora dejaban que se las apañara. No era justo. Se le quitó el hambre de golpe y fue a su habitación. La cama por hacer, la ropa por el suelo, exactamente donde la había tirado o dejado caer él la noche anterior. Lo mismo el pijama al levantarse. No faltaban sus olorosas zapatillas deportivas, que nunca se acordaba de airear en la repisa de la ventana para no «perfumar» el ambiente. Se ponía un día unas y al otro otras para alternar, porque sus pies eran una fábrica de aromas pútridos. Un desastre. Encima, con la moral tan baja y el humor de perros, no tenía ni ganas de aprovecharse de las circunstancias. Se sentía la mar de raro. No era él. Podría coger la consola y pasarse toda la tarde disfrutándola. O conectarse a Internet y lo mismo, navegar de un lado a otro. También podría ver la tele, escuchar música a todo volumen, llamar a Ángel y que fuera a su casa para jugar juntos sin miedo a broncas… —Es como si yo ya no formara parte de esto —se dijo de pronto.