QUERIDO HIJO ESTAMOS EN HUELGA Querido_hijo__estamos_en_huelga_-_Jordi_Sierra_i_F | Page 117

—¿Entonces…? —Decían que era por mi bien. —Sí, ya —refunfuñó Ángel. —No seas escéptico. Todos los padres se vuelven locos por sus hijos, y en los dos sentidos —sonrió con ternura—. Locos de amor por un lado y locos a causa de lo que hacéis por el otro. Mirad, yo al menos no salí tonto, y aunque tarde, comprendí eso de que no todo el monte es orégano, que es una frase hecha y no sé de dónde sale pero es muy cierta. —¿Y por qué no pactaste con ellos? —preguntó Felipe. —Creí que se cansarían. —Y no se cansaron. —No —el jardinero movió una mano arriba y abajo en señal de admiración—. ¡Huy, lo bien que se lo pasaron sin tener que estar pendientes de mí! Mi madre se apuntó a una escuela de ballet y hasta actuó varias veces, y mi padre estudió aeronáutica. —¿Y si estabas enfermo? —Hombre, entonces sí me cuidaban, que para algo éramos una familia. Pero lo de ser mis criados o