QUERIDO HIJO ESTAMOS EN HUELGA Querido_hijo__estamos_en_huelga_-_Jordi_Sierra_i_F | Page 106

—¡Los míos ya no discuten por mí, para nada! —¡Los míos ni se enfadan, se ríen por todo! —¡Yo anoche rompí un jarrón y ni me gritaron! ¡Como si nada! Y cuando les dije que lo sentía me contestaron: «Tranquilo, hijo, lo apuntamos en el “debe”». —¿Y eso qué es? —¡Que el día menos pensado nos hacen pagar todo lo que hemos roto, cuando seamos mayores y trabajemos, digo yo! El horror llegaba cada vez a límites más insospechados. Cada declaración superaba la anterior. Era como ver en directo una película de terror en la que el psicópata de turno va matando al personal uno por uno, a sangre fría, y con deliberado sadismo. —¡Eh, eh! —impuso su voz Iker, que por momentos se convertía en el líder de todos ellos—. ¡Ya está bien de quejarnos y lloriquear! ¡Es hora de pasar a la acción, que nosotros no somos mancos!, ¿vale? —¿Y qué hacemos? —preguntó Mariví, una que medía ya tanto que jugaba al baloncesto de pívot. —Sí, ellos tienen el poder —dijo Antonio