QUERIDO HIJO ESTAMOS EN HUELGA Querido_hijo__estamos_en_huelga_-_Jordi_Sierra_i_F | Page 105

divisar la zona de la reunión comprendió que aquello iba a ser peor de lo que imaginaba, cien por cien tempestuoso. Allí se habían congregado ya dos docenas de niños y niñas. Y llegaban más. La discusión estaba en su apogeo. Gritos, exclamaciones. —¡Mi madre se ha ido a bucear! —¡La mía se ha comprado un saxo! —¡Mi padre ha decidido volver a actuar y se pasa el rato recitando poesías con una pose de lo más ridícula! —¡El mío dice que quiere ser escultor! —¡Mis padres se pasan el día dándose besitos y arrullándose como si fueran novios, y parecen TAN felices…! Esta última afirmación hizo que todos los chicos y chicas mirasen impresionadísimos a la niña que lo había dicho. El silencio duró por lo menos tres segundos. Luego volvieron a hablar todos a la vez, en voz alta, tratando de hacerse oír unos a otros.