….PERDONA NUESTRAS OFENSAS COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN, Señor no permitas que le pase nada malo a mi Ernestito, es buen niño, perdóname señor todo lo malo que he hecho y permite que sea yo quien pague por ello, no dejes que mi hijo sufra por mis errores, él es bueno, no ha pecado, no permitas que el infortunio caiga sobre él, ámalo como amaste a tu hijo engendrado en María…
Por favor Señorita, ayúdeme a encontrar a mi niño, solo tiene 16 añitos, sabe, él quiere ser doctor, para salvar a la gente de las enfermedades, es bueno mi niño señorita, no lo encuentro entre tanto muerto y tanta patrulla, señorita por favor… ayúdeme, tengo horas buscando a mi hijo y solo veo las mismas patrullas una y otra vez, y las mismas ambulancias…
Doña Rosa se dejó caer sentada, en una banqueta, a su lado, silenciosa y pálida, se puso una joven de aspecto frágil, con pantalón acampanado y blusilla de flores, pelo largo, despeinado, mirada triste, perdida, como si de repente hubieran anidado allí en sus ojos, todas las gaviotas de la costa y tímidamente le dijo…terminemos su rezo, Doña Rosa, yo estuve en el movimiento junto con su hijo, desde entonces, busco mi cuerpo, solo recuerdo un zumbido muy fuerte y una explosión y mi cabeza se bañó de líquido caliente, corrí y corrí dando tumbos entre mis compañeros de lucha quienes eran golpeados y baleados por civiles que tenían un trapo blanco amarrado en una de sus manos, los he vuelto a ver, ya con otra ropa, bajándose de carros lujosos, mas gordos, yo sigo buscando mi cuerpo, vengo diario y la he visto a usted todas las noches, ya no busque a su hijo, ni yo buscaré mi cuerpo, han pasado tantos años!!! Ha habido tantos muertos, ya estamos asobronados en la memoria, ya estamos olvidados… solo usted y yo, seguimos buscando, ya nadie busca nada… NO NOS DEJES CAER EN TENTACIÓN Y LÍBRANOS DE TODO MAL, AMÉN