FELIPE LÓPEZ GARCÍA
Una vida dedicada a la cultura de Manzanillo
Hacer una Biografía de Felipe López García, no sería justo, contenerlo en una serie de datos fríos, no va con su personalidad, no con la de un ser humano tan intenso, tan determinante, tan bueno, tan especial. Felipe fue un hijo envidiable, amoroso con sus padres Don Felipe López Lazanero y Doña Eulogia García López, a quienes tuvo como prioridad, con seguridad, el día 25 de octubre de 1940, fue un día de júbilo para la familia de nuestro queridísimo maestro, sus padres y sus hermanas Enriqueta, María Natividad y Emma Rosario, se alegraron ante la llegada de Felipe a sus vidas.
Desde muy pequeño acusó una simpatía enorme, era querido por todos los que convivían con él y por sus familiares y amigos, inquieto como era, pronto se perfiló por el baile, arte que se le daba como a pocos, lleno de ilusiones, fue alumno de Amalia Hernández y participó en ese tan afamado grupo, en donde enriqueció su acervo, mismo que aunado a la imaginación y gusto por la investigación folklórica, nos regaló tan desinteresadamente, traspasando las fronteras, siempre, de su obligación laboral. El primer contacto visual con él, lo tuve cuando su grupo bailaba, una noche cálida como la mayoría, en el Jardín principal de Manzanillo, chica yo, muy joven él, me encantó la música y el movimiento revoloteante de las faldas como el mar que se estrellaba en el rompeolas, me fascinaron las figuras gallardas de los hombres del grupo, sus gritos, su algarabía y ese sonido compasado de los zapatos contra el entarimado regalándonos el deleite de un zapateado perfecto, (esto lo supe tiempo después), cada que se presentaba el grupo de danza, estaba casi en primera fila, de la mano de mi madre.
Hubo una ocasión en que Felipe López se hizo cargo de la parte artística del Colegio en donde yo estudiaba y allí se
ratificó mi admiración por el maestro y el baile regional y autóctono, no recuerdo si cursaba quinto o sexto año de primaria, pero si recuerdo que tímidamente le pregunté si podía ir a ensayar a donde él trabajaba con su grupo y me dijo SI, mis sueños eran siempre, que la falda
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QUE BONITO ES MANZANILLO
Por: Rosario Iglesias