en mi cuerpo, tomaba vida propia y se movía con alegría y elegancia, ahora como palomas en vuelo, ahora como olas embravecidas, otras veces, suave, como la espuma blanca que deja el oleaje tendida en las playas, eso y otra pasión personal (el Vóley ball) eran mis sueños recurrentes… y en el primero de ellos, estuvo Felipe como rector de mis movimientos, siempre enérgico, siempre exigente como él solo pero… siempre al pendiente de nosotros, de los que participábamos en su grupo, con respeto, cariño y entrega, aunque también en ocasiones nos daba unas buenas regañadas y nos ponía apodos transitorios, recuerdo, de los que más usaba eran “Patas nangas”, “Sopa aguada”, “galletas”, “milpa en sombra”, “gancho guamuchilero” (estos dos parecía que eran de mi propiedad, a nadie mas se los decía, solo a mi) “ parece que se andan buscando los juanetes”, “les van a salir juanetes en la lengua”, y cuando nos veía muy “guandajos”, nos gritaba “arriba la revolución!!! Viva México”, pero terminaba el ensayo, y era uno mas de nosotros, arribábamos al kiosko del jardín a tomar los famosos machacados y el ambiente de alegría seguía… Felipe López era nuestro Maestro, nuestra guía, amigo como pocos, enérgico como hermano mayor y nos daba consejos, siempre positivos, como si fuera hasta cierto punto, nuestro confesor. Muchas generaciones vivieron esa experiencia, Felipe López fue forjador de conciencias manzanillenses, no he oído detractores que con seguridad debe tenerlos, como todos los grandes los tienen…
Felipe López García, empeñado impulsor de la cultura manzanillense, investigador incansable de las raíces autóctonas de nuestro Estado, solícito para transmitírnoslas, cuidador volitivo de la conducta y moralidad de sus pupilas, gruñón, gritón alegre, afable, sincero, franco … este es el Felipe López que recuerdo y amo.
Con seguridad cada uno de los lectores tendrá un sinfín de recuerdos de este personaje tan importante en la vida del puerto, yo tengo miles de anécdotas que no cabrían en varias revistas pero por hoy, entrego a ustedes la puntilla de esta vida de entrega por la cultura de muchas generaciones de porteños
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QUE BONITO ES MANZANILLO