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¿Para qué? nos preguntaba consternado con los ojos saltones, -¿para qué arriesgar la salud sin ninguna necesidad?... Sus remedios son mágicos, hoy día lo buscan en su oficina para que platique la cura a diversos y variados males, los más enterados le piden copias de un librito que es su biblia y modo de vida desde hace más de veinte años; los curiosos, sólo llegan a preguntarle sobre las lavativas…
-Por la prensa y en todos lados nos enteramos de que una vez más la realidad superó a la ficción, el celebrar a quién murió como si estuviera presente; acompañar las cenizas del repudiado en vida, tratarlas con respeto, dirigirse a ellas con delicadeza, cuidarlas de que no les fuera a dar frío, dedicarle discursos oficiales que decían palabras que nunca dijo, que daban significados diferentes a sus ideas, que partían de mariposas y amarillo en un reductivismo insoportable. Lo conocí en la secundaria y su mundo me maravilló, me salía de clases para conocer la historia de Santiago Nasar, para vivir mi primer libro y disfrutarlo, todos los demás fueron su culpa…
-Estaba perdiendo el tiempo, lujo verdadero, cuando alcanzó a medio leer “se murió Gabriel”, el estómago se le soltó y tuvo una horrible sensación ¡¡¡¡¡NO MAMES SE MURIÓ JUAN GABRIEL!!!!!, para su alivio leyó el encabezado completo, ah! no, no es él, es otro…
-Por fin cumplieron su promesa, sólo en sueños…
que bonito es manzanillo
Que Bonito es Manzanillo