DIÁLOGO DE LOCOS
Han sido días de excesos, interminables excesos que debilitaron el alma y enfermaron el cuerpo, no sólo Dios estuvo ausente en sus festejos, se perdieron el tiempo y el sentido común; de pronto regresamos como antes de irnos, añorando no volver. Fueron vistos en todas partes, la imaginación corría briaga, descalza, persiguiendo no se qué:
-Las lavativas eran su obsesión, las había practicado todas y de todo tipo, recomendaba a propios y extraños extraordinarios métodos naturistas que dan al tema de la salud el lugar privilegiado que debe tener. Los baños de sol y de asiento, la parafina, agua fría, las cobijas de lana y los azotes con ortiga son la medicina adecuada para todo mal. Despreciaba a los doctores y aborrecía el término amputar.
Se decía vegetariano pero comía carne, en el día y por la noche.
La cuestión es que hablando de salud recordó la historia del “Tigre de Perote”, de cómo un día ayudó sin ninguna razón, sin ningún sentido a unas personas que intentaban subir a una marrana de doscientos kilos a la caja de un camión. Iba pasando por la porqueriza cuando escuchó esos horribles chillidos y el pujar de tres hombres maduros que no podían con dicho animal. Sin que mediara petición de auxilio, el “Tigre de Perote” se acercó al lugar, hizo a un lado a los impotentes y, no sin esfuerzo, cargó tremendo chancho hasta su último carruaje. Desde ese día, contrario a lo que pudiera pensarse, el Tigre perdió poder, salió de su abdomen un pedazo de tripa que según le dijeron se llamaba hernia.
que bonito es manzanillo
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Por Marco Alberto Macías
Abril de 2014