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Como todo modelo, este también tiene su cara y su cruz. No exis- te un precio fijo para cada click sino un sistema de pujas por el que se otorgan las posiciones dependiendo del precio de la puja, de la competencia, antigüedad, afinidad del mensaje, etc… Por lo tanto el "coste por click" dependerá a cada momento del núme- ro de búsquedas y del número de anunciantes dispuestos a pagar por las primeras posiciones. Muchos anunciantes comen- zaron pagando medio céntimo por un click en las primeras posi- ciones y ahora se encuentran pagando más de seis euros por el mismo término. Es el caso del sector asegurador, turístico, etc. Las visitas que provienen de una búsqueda proactiva por parte del usuario son las que generalmente obtienen mejores con- versiones a ventas, ya que la afinidad suele ser muy alta, y el intervalo de tiempo entre el click y la compra es relativamente corto. Otros modelos alternativos Ante la gran aceptación de este modelo por parte de empresas y anunciantes, (Google ha crecido un 38% en el primer semestre de 2011, en medio de la crisis mundial, que afecta especialmente al sector publicitario), surgen otras iniciativas que buscan arañar parte de este jugoso pastel. Las hay de varios tipos, desde aquellas que han querido dar un par de pasos más allá y ofrecen pagar únicamente por venta CPA (Coste Por Adquisición), como las "Redes de Afiliación"; redes de comerciales virtuales que venden el producto a cambio de una comisión. Estas redes están compuestas generalmente por webs de un contenido similar al del anunciante, y utilizan todas las técnicas posibles para generar ventas, pero sobre todo funcio- nan gracias a las bases de datos que poseen. El canal más veterano y que ha sufrido más embestidas por parte de los buscadores es el e-mail marketing, basado en el envío de comunicaciones segmentadas a bases de datos de usuarios/clientes que, pudiendo segmentar y adaptar los men- sajes hasta la unidad, siguen generando buenos retornos. Un modelo de reciente aparición –y al que se han apuntado los principales jugadores del sector incluido Google– es el de las "DSP" (Demand Side Platforms). Básicamente, el modelo "DSP" consiste en poder acceder a la compra de espacios publicitarios invendidos en Internet en tiempo real, con costes muy inferio- res a los de la compra directa, ya que se trata de un stock dis- ponible sólo en el último momento. Esta tecnología permite añadir una capa de datos, para así poder seleccionar los sitios que comparten segmentos afines a nuestro producto o marca. El inventario, es decir los lugares donde podemos emplazar nuestra publicidad en Internet tiende a crecer de forma infini- ta, y la ley de la oferta y la demanda se encarga de hacer el resto. Los resultados obtenidos actualmente con tecnología DSP se pueden comparar con aquellos obtenidos en los inicios de los buscadores, y, al i gual que estos, pueden mejorar rápida- mente en el futuro. 32 El “ROI” en tiempos de crisis Además, hay modelos similares a Google AdWords, como Facebook Ads, que permite segmentar por estilos de vida. Si bien este modelo genera un tipo diferente de retorno, -que podría complementar o sustituir el de los buscadores-, aún falta mucho para que esto sea una realidad. En la medición está la solución “Si no puedes medirlo, no puedes gestionarlo”(If you can't measu- re it, you can't manage it). Internet no es el único en ofrecer métricas de éxito cuando se utilizan los medios como canal de ventas. Una cuña de radio con un número de teléfono genera una respuesta directa y medible: el número de llamadas recibidas. Ese mismo número en un anuncio de televisión, generará más llamadas. Pero si sobreimprimimos una dirección web en el anuncio de televisión, generaremos un número de visitas medibles en nues- tra herramienta de medición. Algo que también sería válido para una página de periódico o revista, una valla o un banner. Las herramientas de medición digital nos han permitido visuali- zar todo el circuito. Ahora los medios son gestionados desde una herramienta contratada directamente por el anunciante o la agencia, como es el caso del Adserver, capaz de medir el impacto y cualquier interacción posterior que el usuario realice en nues- tro anuncio. Los datos obtenidos se completan con la actividad que realiza posteriormente ese mismo usuario en cualquiera de los soportes del cliente, ya sea web, móvil o perfil social. En la medición del ROI, podemos marcar distintos KPI (Key Performance Indicators). No todos los modelos comportan una venta, por lo que debemos buscar métricas intermedias: - Usuarios registrados a un evento o que dejan una serie de datos personales, para ser contactados con posterioridad. - Descargas de aplicaciones, documentos, videos visionados, seguidores de una marca en un perfil de cualquier red social… Cuando establecemos las métricas para gestionar la rentabili- dad de cada medio ¿Medimos sólo de qué medio viene cada venta? ¿Es la venta el único beneficio imputable? ¿Decidiré entonces mantener sólo aquellos medios que hayan generado un 1 (rentabilidad desea- da) y eliminaré de mis acciones todo lo que haya generado un 0? (por expresarlo en términos binarios). En un modelo de medición directa de la atribución, el medio más beneficiado termina siendo siempre el mismo medio, Google. Si hubiera que tomarse el modelo de atribución al pie de la letra, esto implicaría volverse adictos o dependientes de los buscado- res. Como toda adicción o dependencia, en algún momento requiere de una rehabilitación. Cualquier acción de comunicación y publicidad, e incluso la reco- mendación de un amigo, acaba en muchos casos en el buscador. Nadie busca nada que no conoce, o lo haya oído antes o tenga la