Psicología, Deporte y Actividad Física. Investigaciones Aplicadas | Page 79
cambio a nivel orgánico, aunque parezca imperceptible. Es decir, las acciones que el atleta
realiza en su entorno deportivo, las cargas de entrenamiento, el descanso, etc., tienen su
repercusión tanto en el Sistema Nervioso Central como en el Autónomo.
Es por ello conveniente que en la evaluación se emplee un perfil psicofisológico con diferentes
tipos de señales y condiciones, con el propósito de identificar en que condición el deportista
responde reactivamente y qué señal predomina. Esto permite saber si saldrá beneficiado con
un entrenamiento en el control de respuestas autónomas (Carrobles y Godoy, 1987;
Domínguez, Olvera, Cruz, y Cortes, 2001; Estrada-Contreras, 2002; Labrador, Cruzado, y
Muñoz, 1995; Ruvalcaba y Domínguez, 2009), ya que no todos los sujetos necesitan una
intervención de este tipo.
Además del perfil en el laboratorio, se pueden simular situaciones estresantes y registrar cómo
responde el deportista (Guirado et al., 1995; Estrada-Contreras y Pérez-Córdoba, 2008; Iriarte,
1999), o recrear distintos momentos de una competición, estableciendo qué jugador es el que
suele controlar mejor su ansiedad. Con ello se puede conocer quienes tienden a mantener
determinados niveles fisiológicos facilitadores de comportamientos agresivos o quienes son
capaces de permanecer más relajados cuando compiten. Las mediciones psicofisiológicas en
situaciones deportivas se ven reflejadas en diversas investigaciones (Barbero-Álvarez, Gómez,
Barbero, Granda, y Castagna, 2008; Bertollo et al., 2012; Gutiérrez, Amat, Ruiz, y Sanchis,
1994).
Hernández-Mendo (2002), por ejemplo, ha desarrollado con amplitud la intervención por
medio del biofeedback, que “es una técnica con numerosas variantes que además de sus
aplicaciones en la rehabilitación tiene visibles aplicaciones en el área de la mejora de la
performance o ejecución”. Este autor refiere que es conveniente combinar su utilización con
la terapia cognitiva para disminuir el estrés entre los jugadores universitarios de fútbol y
baloncesto: “… Usando las técnicas de repetición mental y restructuración cognitiva conjuntamente con feeedback electromiográfico- Dewitt disminuyó la tensión muscular en una
prueba de laboratorio a seis jugadores universitarios de fútbol y doce de baloncesto. Y lo que
es más, la eficacia de juego aumentó enormemente tras la intervención, aunque este estudio no
incluyó pruebas de los diferentes efectos de la terapia cognitiva con el entrenamiento de
biofeedback, sí muestra evidencias de que la eficacia de juego aumenta paralelamente a la
reducción de la tensión del músculo conseguida en las sesiones de biofeedback”. Hace
referencia, además, a otros trabajos ya clásicos en esta área, como los realizados por Palmi en
1986, Chevalier en 1987, Daniel y Landers en 1981, entre otros (citados en HernándezMendo, 2002).
En el caso de nuestro país, no abundan investigaciones con apoyo tecnológico de punta para el
estudio de correlatos orgánicos, pero no se prescinde de datos objetivos que apoyen los
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