Psicología, Deporte y Actividad Física. Investigaciones Aplicadas | Page 411
conflicto, violencia…, y padecen situaciones como el alcoholismo o drogadicción
de los padres, la prostitución de las madres, el encarcelamiento de los padres.
Esta situación favorece que estos jóvenes caigan fácilmente en conductas desviadas
tan importantes como la violencia y la delincuencia. Las semillas de la violencia se
siembran en los primeros años de vida en el hogar, se cultivan y desarrollan en un
medio social impregnado de desigualdades y frustraciones durante la infancia y
comienzan a dar sus frutos malignos en la adolescencia.
Por eso es tan importante el estudio y la labor preventiva en estos niños en situación de
riesgo que son los futuros jóvenes de la sociedad. Por eso, la labor que se realice
debe estar dirigida a estimular la formación y desarrollo de este valor, que permita
gradualmente insertarlo en la actuación de estos niños.
Los aprendizajes realizados en la infancia a través de la relación familiar pueden
llegar a determinar el curso de una vida y este aprendizaje no sólo está influido por
lo que los padres dicen o hacen a sus hijos, también por los modelos que ofrecen a la
hora de manejar sus emociones y problemas, la relación que se establece entre
marido y mujer.
Como consecuencia de la realidad familiar en la que viven y de otras influencias
negativas surgen las famosas “pandillas callejeras”. La pandilla constituye una
nueva familia que les aporta seguridad, identidad y estabilidad en las “zonas de
guerra” donde viven. Pero es un marco donde aprenden que la violencia, la
delincuencia y conductas afines son el único camino para sobrevivir en las calles.
4. Miedo a tomar decisiones: Todos los niños esperan recibir la guía de los adultos
para poder comprender el mundo que les rodea y a través de su interacción maduran
intelectualmente y desarrollan su capacidad para resolver los problemas. Pero los
padres de estos jóvenes tienen tantos problemas en sus vidas que no pueden o se
olvidan de brindar ese apoyo familiar. Como consecuencia se produce una falta de
desarrollo en su capacidad para la toma de decisiones, sintiéndose normalmente
poco capaces de hacer algo, de modo que se vienen abajo fácilmente.
Para paliar ese sentimiento de incapacidad (“no puedo”) se debe: apoyarles
constantemente y animarles a realizar elecciones y tomar decisiones sencillas pero que
muestren que para nosotros también son importantes (venir a clase, participar…);
enseñarles la relación esfuerzo y éxito, diferenciando que cuando algo no sale es porque
les ha faltado trabajo y dedicación; centrar su atención en lo que quieren que ocurra más
que en lo que quieren y enseñarles que más importante que lo que te pasa es cómo
respondes a ello.
CONCLUSIONES.
La responsabilidad puede convertirse en un valor regulador de la actuación de los niños.
Por eso es importante valorar a la actividad física y el deporte como medios
potenciadores de este valor en los escolares.
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