Psicología, Deporte y Actividad Física. Investigaciones Aplicadas | Page 405
existido no han atraído la atención de los ciudadanos, siendo ahora cuando se empieza a
exigir soluciones.
Formalmente, sólo se han considerado como poblaciones especiales dentro de las
actividades físicas a las personas con minusvalías o con problemas de salud y a las
personas mayores, y estos, gracias al mayor reconocimiento que están recibiendo en los
últimos años por parte de las autoridades, han mejorado en sus condiciones de vida, su
acceso al mundo laboral y el disfrute de todos sus derechos constitucionales.
El verdadero reto actual de acuerdo con Ruiz Pérez (1999) se encuentra en esas
poblaciones emergentes formadas por inmigrantes, jóvenes en riesgo,
drogodependientes…, que están ahí y no gozan de la suficiente atención política y
ciudadana. Poblaciones donde son urgentes programas de intervención a todos los
niveles para ayudarlas a enriquecer de forma positiva su calidad de vida y favorecer su
inserción en la sociedad.
Dentro de estos colectivos emergentes que están surgiendo reclama interés el
constituido por los “jóvenes en riesgo” (youth at-risk), quienes según Collingwood
(1997)
también son denominados en los diferentes estudios como “jóvenes
desfavorecidos” (underserved youth); “jóvenes desaventajados” (disadvantaged youth);
“jóvenes de los barrios deprimidos de la ciudad” (inner-city youth); “jóvenes
alineados” (alienated youth); “jóvenes problemáticos” (problem youth); “jóvenes
conflictivos” (trouble youth); “jóvenes resistentes” (resilience youth).
Se denominan “en riesgo” de acuerdo con Collingwood (1997) porque estos jóvenes se
caracterizan por vivir en un entorno negativo de pobreza y marginación social, bajo
unas circunstancias personales desfavorables, que pueden conducirles a caer en
múltiples conductas perjudiciales y antisociales como el consumo de drogas y alcohol,
conductas violentas y delictivas, desequilibrios mentales y emocionales, conductas
criminales, marginación y fracaso escolar, prostitución, embarazos no deseados,
problemas de alimentación y mala salud, deficiente desarrollo motor, ansiedad,
depresión.
Estos jóvenes presentan una carencia de recursos para poder desenvolverse en la vida y
el entorno donde viven con éxito; dicha carencia de recursos incluye entre los que se
incluyen la falta de habilidades de relación interpersonal y expectativas de futuro, de
valores constructivos como la responsabilidad (son incapaces de cumplir sus
obligaciones y respetar las reglas), el respeto (incapaces de mostrar respeto a ellos
mismos y a los demás) y la disciplina (tienen serias dificultades para establecerse metas
y planificar los esfuerzos hacia su consecución).
Acusan así mismo, según lo establecido por Martinek y Hellison (1998) una carencia de
compromiso y una predisposición a desarrollar hábitos de vida saludables; una falta de
autoestima y de oportunidades para su crecimiento social, cognitivo y emocional…, y lo
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