Psicología, Deporte y Actividad Física. Investigaciones Aplicadas | Page 308

lugar la proliferación de actividades físico-deportivas con el incremento de gimnasios y clubes, que invitan a la práctica de los nuevos deportes llegados de EE.UU. En este contexto se abre una discusión sobre el profesional de educación física y su formación. El análisis de esta etapa ha de considerar que los instructores de gimnasia y deportes eran los propios practicantes, cada uno con sus experiencias e interpretación de los métodos de enseñanza al uso, lo que generó prejuicios y opiniones que hasta el presente sobreviven en el imaginario colectivo del ámbito: acerca del valor profesional del preparador físico. del carácter técnico - práctico de las enseñanzas, en detrimento de las teóricas. la idea que fija que todo deportista o practicante puede enseñar la técnica. la falsa creencia que el educador físico es un educador de un orden distinto, inferior al resto de los educadores. que las prácticas físicas no requieren ser tratadas con enfoques científicos. el educador físico o entrenador deportivo no es un profesional de la educación, no es “un maestro como el del aula”. Estas y otras ideas afines ayudaron a formar una imagen distorsionada y con el tiempo falsa de la Educación Física y del profesional del ámbito que desafortunadamente aún prevalece y pese a todos los esfuerzos por extinguirlas subyacen en los imaginarios del ámbito de la cultura física de nuestro pueblo. Ideas tan poco favorecedoras sobre la imagen del profesor de educación física y de su contribución en la formación integral del hombre si bien prevalecen como prejuicios, no operan con la fuerza de entonces, aunque por momentos en la propia organización escolar y en el reconocimiento -no formal- de la sociedad tiene una relativa permanencia 22 . EL INEF de 1919. La polémica Fisher - Heider La ausencia de un espacio para la formación de un profesional de la educación física demandó de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes23 presidida por Francisco Dom