Psicología, Deporte y Actividad Física. Investigaciones Aplicadas | Page 294
ambiente y viceversa, ocupan aún muy pocas investigaciones en pregrado y post grado y su
presencia en publicaciones seriadas del ámbito nacional, son excepciones. (León, 2009)
Se abre entonces una encrucijada para los decisores: ¿Cómo explicar que, cuando son cada vez
más evidentes los impactos del cambio climático en todas las formas de actividad humana,
incluidas las prácticas deportivas cotidianas, aún en el ámbito de las ciencias de la cultura
física y el deporte no existe una conciencia cabal de la necesidad de incorporar la dimensión
ambiental y la educación para la sostenibilidad como eje trasversal de nuestras disciplinas
académicas? ¿Qué razones explican que pese al protagonismo de Cuba en materia ambiental y
con más de 15 años de concepción estratégica en el sector, practicantes, profesionales y los
directivos del sector, continúan mostrando un desconocimiento notable en la temática que nos
ocupa?
Esta situación podría asociarse al desconocimiento mostrado por decisores y profesionales
sobre instrumentos básicos de la gestión ambiental nacionales y del sector, (Santana, 2003;
León, 2006; Armenteros, 2008; González y Valladares, 2009) . No obstante, este investigador
considera que hay una razón cultural más poderosa.
Por una mirada científica diferente.
Existe una visión muy generalizada constatada en cursos, talleres, reuniones metodológicas y
maestrías a nacionales y extranjeros, de que el medio ambiente es algo externo y distante de
nuestras prácticas deportivas cotidianas, que sólo compete a disciplinas como la biología, la
geografía, la ecología, la física o la química; que la dimensión ambiental es una moda.
Realmente, este divorcio de los procesos y su contexto confirma diferentes investigaciones
que aseguran que en las jóvenes ciencias de la cultura física existe una presencia hegemónica
del paradigma científico moderno clásico occidental.(Carvalho (1997), La ciencia que mucho
ha aportado a la humanidad resulta insuficiente para explicar los complejos problemas del
mundo. (Morín en Houtart, 2008). Somos hijos de un modelo científico que lleva cuatro siglos
fragmentando la realidad natural, social y la subjetividad en disciplinas y superdisciplinas
inconexas. Este modelo científico, está permeado de procesos dicotómicos, antitéticos que
separa y opone, bajo límites rígidos e infranqueables: la sociedad y la naturaleza, la cultura y
la ciencia, la mu