Psicología, Deporte y Actividad Física. Investigaciones Aplicadas | Page 13

obtener un buen resultado lo presionará, y significará un gran reto. Es común observarlos intranquilos, con deseos de asistir las competencias por el significado que ésta tiene para ellos. En los escolares pequeños pueda existir miedo y temores ante el evento competitivo sobre todo los que participan por primera vez, y pueden manifestarse los llamados estados de prearranque. La falta de seguridad, la inquietud, la zozobra, las tensiones y las presiones internas y externas, pueden influir en la conducta de los niños. Es importante conocer estas alteraciones para controlarlas a tiempo y favorecer estados óptimos en la competencia, estimular conductas serenas y tranquilas comenzando por los adultos (entrenador, padres) que rodean al niño. En el caso de los que mantienen el miedo por experiencias negativas anteriores, las conversaciones y charlas educativas pueden contribuir a atenuar el miedo unido la aplicación de técnicas psicológicas de desensibilización sistemática para eliminar las huellas que afloran y hacen que se manifiesten los pensamientos negativos. Estimular pensamientos positivos hacia la competencia y hacia el rendimiento deportivo pude convertirse en una técnica eficaz. Por eso es importante tener en cuenta estas medidas y recomendaciones psicopedagógicas para la participación del niño en la competencia escolar: Incentivar el juego limpio, estimulando la honestidad como rasgo que debe caracterizar a un buen deportista. Eliminar los miedos y temores hacia la competencia, utilizando el diálogo, realizando topes amistosos y confrontaciones con rivales de igual o mayor nivel, modelando competencias, aplicando técnicas psicológicas o consultando al especialista. Estimular los esfuerzos realizados por los niños en la competencia,(aun cuando no se haya obtenido el éxito esperado). Lo importante es analizar justamente cómo compitió y cuánto esfuerzo realizó. Criticar adecuadamente, respetar y no humillar al atleta cuando comete errores. Motivar por el disfrute de la competencia. Tratar de que el escolar no se sienta presionado al competir y motivarlo a que sienta placer y disfrute su actuación. El entrenador debe tener un adecuado y equitativo trato con todos los niños y hacerles ver que confía en ellos. Esto contribuirá al desarrollo de la autoconfianza y a potenciar su autoestima. La competencia debe ser una fiesta donde los escolares confraternicen y demuestren su nivel de preparación y posibilidades futuras. Es muy importante la actitud honesta de los árbitros y jueces de las competencias que deben decidir con justicia en estos eventos como parte de la formación de valores ético deportivos. Esto influirá en la conducta de los 5