absolutas de lo que constituye la conducta anormal, y siempre tendremos que estar conscientes de los lentes
históricos y culturales a través de los cuales vemos el concepto de anormalidad.
Las ventajas y desventajas del diagnóstico
Como otros campos científicos la Psicología Anormal cuenta con un sistema de categorías para clasificar su
objeto de estudio. Estos sistemas diagnósticos tienen la ventaja de facilitar el tratamiento, la investigación y la
enseñanza de la Psicología Anormal. Pero los sistemas diagnósticos en la Psicología Anormal tienen también
limitaciones importantes; pueden simplificar demasiado problemas complejos, y un diagnóstico de enfermedad
mental puede ser estigmatizante y desmoralizante para la persona que está siendo diagnosticada.
El principio de la causalidad múltiple
Los trastornos mentales pueden ser el resultado de una amplia variedad de causas: algunas predisposiciones,
algunas precipitantes, algunas psicológicas, algunas biológicas, algunas causas internas relativas a la persona
afectada y otras externas relativas al ambiente. La mayoría de los trastornos implican causas múltiples que
interactúan. Asimismo, muchas perspectivas teóricas diferentes coexisten dentro del campo de la Psicología
Anormal. Cada perspectiva teórica tiene alguna contribución importante que hacer, y el campo de la Psicología
Anormal se está orientando hacia las explicaciones y tratamientos que combinan componentes de varias teorías.
La conexión entre la mente y el cuerpo fusión
Un entendimiento concienzudo de la Psicopatología requiere que comprendamos la conexión entre la mente y el
cuerpo. Sabemos que las anormalidades cerebrales pueden causar síntomas emocionales, y, a la inversa, que el
sufrimiento emocional puede causar síntomas físicos. Como resultado, es importante poner atención a la
interrelación entre el funcionamiento psicológico y físico de una persona para poder explicar y tratar la
conducta anormal.
Criterios para etiquetar la conducta anormal
De acuerdo con Rosenhan y Seligman (1989), existen siete criterios que pueden utilizarse para etiquetar el
comportamiento como “anormal”:
Malestar o deterioro. Un individuo experimenta malestar personal o deterioro en
su funcionamiento, lo que produce un riesgo de menoscabo físico o psicológico,
o pérdida de la libertad para actuar.
Desadaptación. Un individuo actúa de tal forma que entorpece sus metas, no
contribuye a su bienestar personal o interfiere mucho con las metas de otros y
las necesidades de la sociedad. Una persona que bebe tanto que no puede
mantener un empleo o que pone en peligro de la vida de otros debido a su
intoxicación, manifiesta una conducta desadaptada.
Irracionalidad. Un individuo actúa o habla de manera irracional o
incomprensible para otros. Un hombre que responde a voces que no existen en la
realidad objetiva, se comporta de manera irracional.
Conducta impredecible. Un individuo que actúa de forma impredecible o
errática de una situación a otra, como si experimentara una pérdida del control.
Un niño que golpea su puño contra una ventana sin ninguna razón aparente,
manifiesta una conducta impredecible.
Poca convencionalidad y rareza desde el punto de vista estadístico. Un individuo
se comporta en formas estadísticamente raras y que violan las normas sociales o