PROYECTO ÁULICO INTEGRADOR “NUESTRO MUSEO EN EL AULA” | Page 45

ISFD:“ Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros” 2016

ISFD:“ Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros” 2016

A partir de la pregunta con la que finaliza el texto, el docente a cargo presentará nuevamente la maqueta que realizaron en una de las primeras clases, realizando un repaso de la técnica de terrazas de cultivo y posteriormente se indagará para llamar a la reflexión de los chicos y aprehensión de una nueva técnica. Los que cultivaban en las terrazas, ¿ Por qué lo hacían allí? En el suelo, ¿ Se cultivaba?, ¿ De qué manera? A la maqueta, ¿ Se le puede agregar la otra técnica de cultivo? Entonces se procederá a explicar cómo los Diaguitas construían laberintos que facilitaban el riego a todo el cultivo. Y posterior a ello la maqueta se completará con esta técnica complementaría de modo que el agua que riega a los cultivos que se encuentran en las terrazas, continúe su curso hasta llegar al suelo y recorrer todo el laberinto regando también el cultivo del suelo.
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CLASE N º 18 y N º 19 DOCENTE A CARGO: PORRAS, Leila María Selena.
DOCENTE COLABORADOR: PAEZ OVIEDO, Diego Sebastián. ESPACIO CURRICULAR: Lengua y educación musical. TEMA: Lectura de la leyenda de la chaya.
PROPÓSITOS: Generar situaciones de escucha y lectura comprensiva con variedad en tipología textual OBJETIVOS: Que los alumnos logren: Expresar sus saberes previos. Conocer diferentes tipologías textuales. TIEMPO: 2 módulos( 2 º módulo 70 minutos + 3 ª módulo 60 minutos) MATERIALES: Texto de la Chaya( Leyenda)
La Chaya y el príncipe Pujllay – Leyenda Diaguita
Cuenta la leyenda que Chaya era una muy bella jovencita india, que se enamoró perdidamente del Príncipe de la tribu: Pujllay, un joven alegre, pícaro y mujeriego que ignoró los requerimientos amorosos de la hermosa indiecita. Fue así como aquella, al no ser debidamente correspondida, se internó en las montañas a llorar sus penas y desventuras amorosas, fue tan alto a llorar que se convirtió en nube. Desde entonces, solo retorna anualmente, hacia el mediado del verano, del brazo de la Diosa Luna( Quilla), en forma de rocío o fina lluvia.
En tanto Pujllay sabiéndose culpable de la desaparición de la joven india, sintió remordimiento y procedió a buscarla por toda la montaña infructuosamente.
Tiempo después, enterado el joven del regreso de la joven a la tribu con la luna de febrero, volvió el también al lugar para continuar la búsqueda pero fue inútil. Allí, la gente que festejaba la anhelada cosecha, lo recibía con muecas de alegría; el por su parte, entre la