PROYECTO OVNIS LA REVISTA Nº 2 Proyecto Ovnis - La Revista N°2 | Page 9
trata de los Jesuitas. Estos jesuitas cuando
llegan a América se habrían encontrado con
aquellos elementos templarios escapados, de
los que estaba pendiente hablar.
ISRAEL) o como lo hubo entre los bloques de
“la guerra fría”, pero tal dialéctica hay que sa-
berla ubicar como la mera superficialidad de
instancias cada vez menos relevantes a nivel
jerárquico, y hasta como ocasional simulación
teatral de cara a las masas.
Recién nacida la Iglesia Católica, ya albergaba
en su seno al agente conspirativo de ciertos
sacerdotes responsables en lo posterior de:
• La Masonería operativa. La que justamente
construyó las catedrales y toda la infraes-
tructura arquitectónica y simbólica que con-
solidó al judeo-“cristianismo” en Europa.
• La Orden Templaria. Brazo militar de lo que
estuvo a punto de convertirse en una dicta-
dura mundial de tipo teocrático.
Es bastante sugestivo que la masonería y la
iglesia (ésta al menos en parte) participen de
un mismo plan. ¿Cómo no ha sido relevante
para los estudiosos, que las catedrales “góti-
cas”, tal como hoy las torres gemelas que ca-
yeron, fueran construidas por la misma mano?
La masonería moderna (especulativa) lleva
centurias luchando contra un judeo-cristianis-
mo que ella misma, como su propio ancestro
operativo, construyó.
Dentro de la guerra de resistencia (esotérica)
que tal conspiración sacerdotal en el seno
eclesial produjo, hubo acción primero desde
dentro de la misma Iglesia, o sea otro sector,
sano, verdaderamente cristiano que advir-
tió la trama, así como desde la aristocracia
guerrera de Europa. De ahí que la colisión de
güelfos y gibelinos tiene el carácter patente
de una lucha entre el poder regio-guerrero y
el papal-sacerdotal. La Orden del Temple fue
destruida por uno de los grandes actores de
esta trama como fue el Rey Felipe IV el Her-
moso. Sin embargo hubo templarios de nivel
esotérico r elevante (no meras bases militares,
posteriormente integradas a otras órdenes de
caballería) que lograron huir: unos lo habrían
hecho a América y otros sobre todo a las Islas
Británicas. Sobre los primeros hay que volver
más adelante.
Lo que acabamos de describir brevemente es
el empalme transicional entre una conspira-
ción con eje en lo religioso, a una con eje en
lo político. Jesuitas, sucesores de la Iglesia
Golen � ,y de otra parte Masones Especulati-
vos (sucesores de los Operativos) son hasta la
fecha las dos caras de una única conspiración.
Los masones darían origen al mundo moder-
no y en ese proceso han sostenido una ten-
sión con la Iglesia Católica, única entidad en
occidente que, desde el plano teológico que
le corresponde, ha logrado hasta cierto punto
demorar los descarados planes de estos ar-
quitectos “padres de la humanidad”. Cuando
la Iglesia realmente ha retrasado esos planes,
sin duda por la supervivencia de aquel sector
sano dentro de la misma del que hablábamos,
luego las circunstancias aparentemente en el
mismo sentido, también hay que considerarlas
desde el posible teatro “hostil” entre jesuitas
(“católicos”implícitamente liberales) y maso-
nes (liberales implícitamente “católicos”). Y
entendamos a su vez allí por “católico”, el plan
de unificar desde el judeocristianismo, a todas
las religiones del mundo como punto de la
agenda del gobierno mundial, cosa en la cual
vemos trabajando arduamente al “amigo de la
gente” Jorge Mario Bergoglio, papa Negro sa-
tanista del Fin de la Historia.
La masonería especulativa a su vez creará
una nueva ramificación: la una dará lugar a las
revoluciones burguesas nacidas de “la Ilustra-
ción”, y la otra, esperando su oportunidad de
influencia histórica, dará lugar al comunismo.
Este descarado árbol ya lo tenemos dibujado
mentalmente:
prenden dos ramas grandes que son los je-
suitas y los masones, serpiente bicéfala en
reemplazo de los templarios que no lograron
el objetivo en tiempos pre-modernos; y de los
masones a su vez se desprenden las ramas
del ala izquierda y derecha de la sinarquía,
toda vez que el plan se ha vuelto, al menos en
apariencia, más político y laico que religioso y
teológico.
Los argumentos intermedios de este artículo
ya salen por inercia:
• En América hubo otra civilización, hasta más
avanzada técnicamente que la moderna que
nos invadió.
• Contra esa civilización, el Imperio Incaico en
lo que atañe a Sudamérica, la sinarquía lan-
zó un ataque en dos fases, ambas dentro del
terreno bastardo de la modernidad. Primero
colonizó, en el sentido estrictamente etimo-
lógico de lo que implica la figura de Colón,
pues junto con o poco después de él, vino el
Holocausto Indígena de América, en el que
de hecho no cayeron solamente indígenas
étnicos sino también europeos precolombi-
nos. -No pocos judíos como Colón vinieron
en calidad de huéspedes del aparato ecle-
sial-miliar español-Seguidamente la maso-
nería afianzó el plan de fondo conspirando
contra la monarquía ibérica, mucho menos
peor que la naciente modernidad europea
que ya la estaba desplazando allí mismo.
• Sin embargo, no se ha perdido la posibi-
lidad de un renacimiento americano, toda
vez que el Imperio Inca fue destruido sólo
materialmente; su legado cultural, por
más que se insista en borrarlo, sigue pre-
sente en territorios abarcados alguna vez
por tal Imperio; sin ir muy lejos, la misma
actual Bolivia.
El tronco es la Iglesia Golen; de ahí se des-
La Orden del Temple será la base fundacional
de la Masonería Especulativa, cuyo nacimien-
to bien se sabe sucede entre las Islas Britá-
nicas y Francia (donde fueron aniquilados los
templarios, mas no así el sector conspirativo
eclesial que los gestó). El sector sin duda sa-
tánico dentro de la iglesia “de cristo”, a su vez
posteriormente tendría su propia sucesión: se
3. Concepto importantísimo que requería conocimientos previos de Lo Hiperbóreo antes de leer este imperfecto artículo que no lo puede exponer
aquí mismo.
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