PROYECTO OVNIS LA REVISTA 1 Proyecto Ovnis - La Revista - Nº 1 | Page 58

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Mitos Universales

El Regreso de Inanna. Por: Lupus Felis

L os poemas o cantos a Inanna son la culminación de un trabajo arqueológico y lingüístico muy fino y dedicado en donde destacan los nombres de Chiera y Kramer en los 40s y 50s, y recientemente Sitchin en los 90s. Así desde los años 40 se contaba con trascripciones y traducciones al inglés de estas obras.

El predominio de Akkad lleva consigo la hegemonía de sus cultos, que elevan sobre el panteón Sumerio la figura de Inanna, una diosa de la fertilidad mutada en diosa de un
clan guerrero.
La relación de Sargón con Inanna, según su propia historia, es intensa. Aparece como hijo de una sacerdotisa de Inanna que a poco de nacer lo arroja a un río en una canasta. Con el tiempo asciende al poder. Hay que recalcar la coincidencia con el mito del Sigfrido germánico que también es arrojado en un rio, siendo marcado para ascender a soberano del reino en una gesta heroica.
En esa pieza, Inanna desciende desde más allá del cielo,“ el gran arriba”, la morada de los dioses, y se presenta en“ el gran abajo” ante las siete puertas del Mundo de los muertos, en donde reina su hermana-enemiga, Erekshiggal. Y en cada puerta se va despojando de una prenda, hasta que completamente desnuda y maniatada es llevada ante los jueces de ese Reino, los Anunnakis, que la miran con ojos de muerte y cuelgan su cadáver de una estaca. Pero en este mundo nuestro, y en el mundo de los dioses celestes, un amigo leal buscará cómo acudir a su rescate. Y lo logra. E Inanna se alzará de entre los muertos a hacerse justicia en la tierra a donde llega“ como un torrente descendiendo de su montaña”. Como se ve, el reverso de ese juicio del Más allá de los cristianos.
Después del descenso de Inanna hubo otros viajes en la literatura universal, el de Orfeo, el de Hércules, el de Jesús, el de Dante. Pero ninguno supo recuperar la tremenda y primitiva fuerza, el empuje de esas huestes de cadáveres y espectros que acompañaban a Inanna en su resurrección. Los cristianos nunca encontraron una versión literaria o pictórica para sus“ Juicios Finales” de semejante grandiosidad. Hasta Miguel Ángel luce ingenuo frente a esta apoteosis sumeria, que además contiene algo que después hizo falta: Honor, amor fiero, y un episodio sobre la lealtad. Sólo los mitos paganos nórdicos, griegos y andinos pueden parangonarse con Summer.
El descenso de Inanna al mundo de los muertos está escrito en 383 versos traducidos por Federico García Morales del texto establecido por Samuel N. Kramer, recopilador, transcriptor y traductor al inglés. Vamos a ver algunos fragmentos que hemos sintetizado para este primer número de Proyecto Ovnis – La Revista:
Ella, decidió bajar desde su alta cumbre al Gran Abismo.
La diosa, desde su alta cumbre decidió bajar al Gran Abismo.
Inanna abandonó el cielo, abandonó la tierra. Descendió al otro mundo.
Abandonó su señorío absoluto, Se fue al otro mundo …
Los siete divinos decretos atados estaban a su lado, a su lado
Inanna caminaba hacia el mundo de los muertos, Inanna, Inanna, Inanna.
Cuando Inanna llegó a los palacios de lapislázuli del mundo de los muertos,
En el palacio de ese mundo, habló humildemente:
“ Abre la puerta, portero, abre la casa,
Abre la casa, Neti, abre la casa, que entraré sola”.
Neti, el principal portero del Otro mundo, Respondió a la inmaculada Inanna:“
¿ Quién eres para hablar así?”
“ Soy la Reina del Cielo, el lugar donde se alza el sol”.
Viene cubierta con todos los ornamentos del señorío.
“ Ven Neti, guardián principal del mundo de los muertos,
Abrirás los cerrojos de sus siete puertas, Al entrar Inanna, Inclínate... y déjala...”
Y abrió los cerrojos de las siete puertas del mundo de los muertos,
Y en la puerta Genzir, el rostro del Otro mundo, definió sus reglas.
Y a la pura Inanna, le dijo:“ Ven, Inanna, entra.“¡ Ven, Inanna, entra!” Y al atravesar la primera puerta,
La shugurra,“ la corona de la abundancia”, le fue quitada.
Oh, Inanna, no cuestiones los rituales de este mundo!”
Al cruzar ella la segunda puerta, Le quitaron el cetro de lapislázuli. Al pasar por la tercera puerta,
La despojaron de las pequeñas cuentas de lapislázuli que llevaba atadas al cuello.
Al traspasar la cuarta puerta, Al entrar por la quinta puerta, Le sustrajeron el anillo de la mano, Tras penetrar por la sexta puerta, La placa de su pecho fue quitada. Al cruzar la séptima puerta La despojaron del resto de sus ropajes.
Los anunnaki, los siete jueces, pronunciaron juicio ante ella,
Y fijaron sus ojos sobre ella, los ojos de la muerte,
Y a su palabra, la palabra que tortura al espíritu

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