Página 56
o filosófica; no por su autenticidad histórica; sino por su conveniencia política.
Los Cataros, esos adorables herejes de la época Medieval,- decimos adorables porque hicieron florecer Europa, con un Cristianismo ejemplar antes de ser sumida en el oscurantismo por una Iglesia romana envidiosa, y temerosa de su influencia sobre el resto del viejo mundo-; tenían la convicción de que existen dos mundos: el primero, visible y sensible, en el que vivimos; que está corrompido por satanás, el otro, inmaterial, donde reina la Luz del verdadero Dios. El dios falso cayó de ese mundo de Luz y creó el mundo y la tierra a imitación del Reino de Luz; encontrándola desierta, decide poblarla y para ello logra seducir a una parte de los ángeles, a los cuales lleva hasta la tierra. Para retenerlos, les da cuerpo y mediante la diferenciación de sexos, les permite procrear. Así, la tierra poblada es enteramente obra de los príncipes del mal. El Dios de los judíos( Jehová) era para los Cátaros Satán, porque el Génesis nos enseña que él creo el mundo. Los cátaros condenan a Abraham, Isaac, Jacob y Moisés cómo ministros del diablo; aceptan en cambio, algunas partes del Evangelio según san Juan.
Para los Cataros el mundo no tendrá fin, porque el juicio final ya se realizó; y fuimos todos condenados; el infierno está en este mundo y en ningún otro lugar. Si bien Cristo fue enviado a los hombres por el Dios Supremo, no tuvo existencia corporal, sino una apariencia visible pero inmaterial; porque de haber tenido existencia corporal, estaría sujeto a corrupción. Los cátaros rechazan por lo tanto la encarnación, la redención y la resurrección.
Un extracto del Evangelio Cátaro:
Satanás convertido en Demiurgo
1. Y yo, Juan, pregunté al Señor: Cuando Satanás cayó, ¿ a qué sitio fue a habitar?
2. Y el Señor me respondió: Mi Padre lo desfiguró a causa de su orgullo, y le arrebató su luz prístina, y su faz se tornó a modo de un hierro enrojecido al fuego, y fue semejante a la del hombre, y, con un solo latigazo de su cola, arrastró a la tercera parte de los ángeles de Dios, y fue lanzado lejos de la sede del Altísimo y de la estancia de los cielos.
3. Y, al descender en el firmamento, no pudo procurarse ningún reposo, ni para él, ni para los que lo acompañaban.
4. Y rogó al Padre, diciendo: Ten compasión de mí, y te lo devolveré todo.
5. Y el Padre tuvo compasión de él, y le concedió reposo, así como a los que lo acompañaban, por espacio de siete días.
Página 56
6. Y Satanás se instaló en el firmamento, e imperó en el ángel del aire, y en el ángel del agua. Y éstos levantaron la tierra, la cual apareció arriba, y el ángel que dominaba sobre las aguas recibió una corona. Y con la mitad de ella hizo la luz de la luna, y la luz de las estrellas, y con las piedras hizo todas las milicias de las estrellas.
7. Y tomó en seguida a los ángeles por ministros suyos, según el orden establecido en la mansión del Altísimo, y creó el trueno, la lluvia, el granizo y la nieve.
8. Y envió a la tierra a los ángeles, sus ministros. Y mandó a la tierra que produjese todos los volátiles, y todos los reptiles, y los árboles, y las hierbas. Y mandó al mar que produjese los peces y los pájaros del cielo.
9. Y, reflexionando entre sí, quiso hacer al hombre a su imagen, y ordenó al ángel del tercer cielo que entrase en un cuerpo de barro.
10. Y, tomando una porción de este cuerpo, hizo otro cuerpo en forma de mujer, y ordenó al ángel del segundo cielo que entrase en el cuerpo de la mujer.
11. Y los ángeles lloraban, al verse revestidos de una forma mortal y diferente de la que siempre les había correspondido.
12. Más él los mandó ejecutar la obra carnal en sus cuerpos de barro, sin que ellos comprendiesen que cometían un pecado.
13. Y el autor del mal pensó en formar el Paraíso, e introdujo en él al primer hombre.
14. Y plantó un árbol en medio del Paraíso, y ocultó así su pensamiento, para que los hombres no conociesen su engaño.
15. Y se aproximó a ellos, y les dijo: Comed de todo fruto que esté en el Paraíso, más no comáis del fruto del árbol del bien y del mal.
16. Y el diablo entró en el cuerpo de la serpiente perversa, y sedujo al ángel que tenía forma de mujer, y en su hermano repercutió la concupiscencia del pecado, y cometió su concupiscencia con Eva en el canto de la serpiente.
17. Y he aquí por qué se llaman hijos del diablo e hijos de la serpiente a los que cometen la concupiscencia del diablo, su padre, hasta la consumación de los siglos.
18. Y, sin tardanza, el diablo inoculó al ángel que estaba en Adán su veneno y su concupiscencia, que engendraron el hijo de la serpiente y el hijo del demonio, hasta la consumación de los siglos.
Extracto del Evangelio Cátaro del Pseudo – Juan, de Evangelios Apócrifos I, Biblioteca Personal de Jorge Luis Borges.
Pero … ¿ de dónde sacaron estas herejías?
De tradiciones orales, escritas y, creencias antiguas; como la de los Maniqueos o como el Evangelio Valentiniano o Pistis Sophia( fe y sabiduría), la más célebre de las obras gnósticas en lengua copta, atribuida a los Valentinianos o a los Ophitas, gnósticos de Siria y Egipto.
Trataremos de resumir lo mejor posible esta historia, que consideramos extremadamente reveladora, es decir que apartará en algo el velo que se nos impuso a través del Génesis de los hebreos.
En la cosmología gnóstica siempre y antes que nada está el Incognoscible. Su Reino de luz está constituido por pares de Espíritus Celestes Increados.(¿ Eones?) La Eón Sophia( Sabiduría) en su deseo de adorar, de abarcar, entra en confusión, cae y crea a un ser abortado, el Demiurgo, el cual crea el universo material y llega a creer que él es el Dios real y superior. Para estos gnósticos el mundo fue creado por una especie de error o accidente de la Eón Sophia, que convertida en Sophia Achamoth(¿ Sabiduría-temporal?) produjo la materialización, de una especie de aborto que luego crea al universo material: el Demiurgo Ialdabaoth( Hijo del Caos) que identifican con el Espíritu de la Forma y Dios judío Jehová o Yahvé).
Ilda-Baoth, Ialda-Baoth, o Yalda-baoth, o a quien varias sectas contemplan como el Dios de Moisés, no era un espíritu puro; era ambicioso y orgulloso, y rechazando la luz espiritual del espacio medio que le ofreció su madre Sophia-Achamoth, se dispuso a crear un mundo suyo. Ayudado por sus hijos, los siete genii planetarios, crea al hombre, pero resultó ser un fracaso. Era un monstruo, sin alma, ignorante, y se arrastraba sobre cuatro patas por el suelo como una bestia material. Ilda-Baoth se vio obligado a implorar la ayuda de su madre espiritual, Sophia-Achamoth. Ella comunica al hombre un rayo de su luz divina, animando así al hombre y le dotó de luz divina. Y en ese momento comenzó la animosidad de Ilda-Baoth hacia su propia criatura. Siguiendo el impulso de la luz divina, el hombre se elevaba cada vez más en sus aspiraciones; muy pronto comenzó a representarse no la imagen de su Creador Ilda-Baoth, sino la del Ser Supremo, Ennoia. Entonces el Demiurgo se llenó de rabia y envidia, y fijando sus celosos ojos en el abismo de la materia, su mirada envenenada de pasión se reflejó repentinamente en él como si de un espejo se tratara; la relación cobró vida, y del abismo surgió Satán, la serpiente, Ophiomorphos –“ la encarnación de la envidia y la astucia. Él es la unión de todo lo que es la materia más básica, con el odio, la envidia, y la destreza de una inteligencia espiritual.”
La trama cuenta y describe en principio el destierro de Sophia en el llamado Caos donde ha llegado tras su caída, tras su error. Allí Sophia se ve atacada y agredida por los distintos seres que habitan tales regiones inferiores de tinieblas y oscuridad, que le quitan su“ luz”, su brillo y su poder divino, como pago al mundo abismal, y ahí aparece el concepto de Luz como componente esencial del alma, así como también del Cristo, y del Ser Superior y las regiones o Eones superiores: la Luz es la máxima riqueza, la fuente de vida y energía, y sin luz Sophia fallece depauperada y miserable huyendo de sus agresores que la persiguen permanentemente para quitarle los últimos hálitos de luz y vida espiritual.
Sophia se arrepiente y suplica a la Luz Suprema para que la proteja de sus atacantes, la libere del yugo de su permanente huida y emigración por los Eones más bajos, en total nostalgia de su Luz y de las regiones y esferas divinas que antaño habitaba. Suplica y ruega no una sino múltiples y sucesivas veces para que el Dios Supremo la escuche y la perdone.
Finalmente la Luz Suprema escucha y envía a El Cristo que narra la historia, a sus discípulos, de su descenso a las regiones Inferiores, enfrentándose a aquellos Arcontes y a sus emanaciones así como al llamado Obstinado y sus propias emanaciones, hasta quitarles su poder, mediante el que subyugan y atormentan a todo alma humana que pasa por sus Eones o Regiones, salvando ulteriormente a Sophia, mediante la redención de su error, su resurrección y su traslado a las Regiones o Eones Superiores.
En el Evangelio de Judas, recuperado recientemente y publicado en la revista National Geographic, también encontramos a Yaldabaoth, a los Eones, los Autogenerados, al Pleroma( Plenitud), al Verdadero Reino de Luz al cual pertenece Cristo, al que Judas llama Reino de Barbelo(¿ Reino del Señor-Bello?). Buena parte del Evangelio habla de un Reino Grandioso e Ilimitado, muy por encima