Principios de vida Principios de vida | Page 14

La madre llegó a la comisaría llorando amargamente y pensando qué es lo que había hecho mal para ver a su hija en esa situación. Ni siquiera Amanda podía consolarla, todo su esfuerzo era en vano. Por esa vez no se puedo demostrar que Amanda participara en el atraco, por lo que la dejaron marchar.

Desde entonces, Amanda prometió a su madre que intentaría corregirse y no “volverla a cagar”, que iba a retornar a sus estudios y volvería al instituto e intentar aprobar el curso. Debía enmendarse mucho, pues el curso ya iba bastante adelantado y tendría que trabajar duro para igualarse a sus compañeros. Poco tiempo después un chico se fijó en ella y empezó a pretenderla, y a ella eso le gustó, tanto que se prendó del chico y empezaron a salir juntos. Todo parecía ir bien; sin embargo, la juventud es débil y las tentaciones muchas, y Amanda, no sabía cómo, dejó de cumplir sus promesas.

Ninguno de los dos se imaginaba lo que podría ocurrir si seguía por ese camino. La madre, preocupada por el cariz que tomaban las cosas, decidió matricular a Amanda en un instituto en régimen de internado hasta que finalizase el curso.

régimen de internado hasta que finalizase el curso. Aunque éste ya estaba muy avanzado, la madre consiguió matricularla gracias a un profesor del instituto amigo suyo. Amanda se apenada pensando que iba a estar unos meses separado de su amor, pero después se consolaba pensando que tendrían toda la vida por delante para estar juntos y así cumplir cada uno de sus sueños.

Las cosas no eran fáciles para Amanda en aquel instituto, no conocía a nadie y se sentía como una extraña, pero los días pasaban con el consuelo de su amor. Se comunicaban habitualmente a través de cartas ya que en el instituto no le permitían llamarle por teléfono ni que la visitara. Aquello le hacía recordar a Amanda las viejas historias que le contaba su abuelo de cómo conoció a la abuela, cómo hablaban por cartas porque sus familias no les dejaban verse. Amanda imaginaba su amor como las parejas de antaño: todo era mediante cartas y fotos que se enviaban unos a otros.

Al principio pensaba que estar en el aquel instituto era como una pesadilla insoportable, algo injusto que no había merecido. Pero, en realidad, aquella experiencia iba a ser una segunda oportunidad que