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se sitúa dentro de los nuevos enfoques
de liderazgo, con una connotación orientada
hacia la participación y flexibilidad en la organización.
Bass (1985) manifiesta que el liderazgo transformador es una superación del
liderazgo transaccional y considera cuatro componentes; a) carisma, b) inspiración, c)
consideración individualizada, d) estimulación intelectual. El autor describe este tipo de
liderazgo a partir de los efectos que produce el líder sobre sus seguidores.
Los líderes con características transformacionales provocan cambios en sus
seguidores a partir de concientizarlos acerca de la importancia y el valor que revisten
los resultados obtenidos tras realizar las tareas asignadas. Incita a que sus seguidores
trasciendan sus intereses personales en virtud de los objetivos organizacionales. Lo cual
genera confianza y respeto de parte de los seguidores y son motivados a lograr más de lo
que originalmente se esperaba.
Keenet leithwood y su equipo (1999) en el centro para el desarrollo del liderazgo
en el Instituto de Educación de Ontario, son quienes han relacionado mejor la modalidad
transformacional como la adecuada al movimiento de las organizaciones que aprenden.
Leithwood (1994) estima que ante los desafíos que enfrentan las escuelas y a los
que deberán enfrenarse en el futuro, el liderazgo instructivo se ha ido agotando y ha
quedado insuficiente, siendo más adecuada la imagen transformadora; “esta teoría es
potencialmente más poderosa y sugestiva como descripción de liderazgo eficiente en el
contexto de restructuración de la escuela”, afirma (p. 37).
Existen autores que han hecho investigaciones profundas acerca del liderazgo y
han encontrado aspectos muy importantes a considerar, tales como el Liderazgo
Resonante y el Liderazgo basado en la inteligencia emocional.